Llamadas de números desconocidos. Nunca respondas llamadas de números desconocidos. Otras cuatro planas. Nunca respondas…
Eso o dedicar esta entrega a las razones que hoy me tienen incomunicado, localizable solo cuando me acojo, si no a la bondad de los extraños, a su wifi. Habré de liquidar de contado el teléfono que había comprado a plazos —solo uno de los cuales había corrido—, cuyo costo me será cargado de golpe (bajo).
Recibí hace unos días un SMS: “El NIP de portabilidad le permite realizar el cambio de empresa de telefonía del número telefónico… Entregue el NIP a la nueva empresa solo si se desea cambiar. Su NIP de portabilidad es… y tiene una vigencia al…”. Lo desestimé, al juzgarlo con razón intento de fraude. Pero a los pocos días atendí —error— una llamada de número desconocido, en la que alguien se identificaba como agente de mi empresa de telefonía celular y preguntaba si había solicitado mi cambio a otra. Negué. Para detener el procedimiento me pidió dar lectura al mensaje. También me solicitó repetir, para efectos de una grabación, “No quiero que mi número celular [zutano] sea trasladado a la empresa [fulanísima]”. Caí en la trampa. A las 48 horas, me quedaba sin señal.
La empresa de que soy cliente me explicó que había sido víctima de fraude, que la llamada venía de la nueva, que al leer el mensaje les había otorgado el NIP que genera el Instituto Federal de Telecomunicaciones, y al repetir la frase dado la posibilidad de editar la palabra “No” y tener prueba auditiva de mi aquiescencia. Cancelado así mi contrato, debería pagar el equipo de contado. Y el trámite para devolver la línea a mi compañía tomaría 15 días.
Pensé primero en exhibir aquí a la empresa fraudulenta. Pero no tiene caso: el problema reside no en sus malas prácticas sino en unas Reglas publicadas por el Ifetel cuyas lagunas legales las posibilitan. Tan arraigado y universal es ya el fenómeno, que existe un término para definirlo —slamming— y que las legislaciones estadunidense y australiana disponen ya de medidas para su prevención y combate.
He aquí un tema que las autoridades mexicanas no deben dejar en visto.