La expansión de la pandemia covid-19 ha causado grandes estragos en la vida de las personas y las familias en todo el mundo (el autoconfinamiento, en muchas ocasiones, ha implicado una gran intensidad en las relaciones intrafamiliares, lo que pudiera haber incrementado la violencia, sobre todo contra niñas, niños, adolescentes y mujeres).
También se han generado momentos de gran incertidumbre, que no hubiéramos imaginado. México no es la excepción, estamos enfrentando esta problemática mundial de la manera más responsable.
El Consejo de Salubridad General, con la representatividad de su conformación, basándose en escritos, datos científicos y alejados de cualquier presión política, ha determinado las medidas para asegurar la integridad de la salud de las y los mexicanos.
Desde el gobierno hemos tomado las precauciones necesarias para hacer frente a esta adversidad que, como muchas otras que ya hemos enfrentado, venceremos.
Nuestra vida cotidiana, la actividad económica y de esparcimiento, la vida pública, las actividades escolares, los eventos culturales y todos los demás aspectos de nuestra vida diaria, estoy segura, habrán de recuperarse.
Para que esto ocurra en el menor tiempo posible debemos seguir con las recomendaciones emitidas por los órganos constitucionales encargados de la salvaguarda de la salud de todas y todos.
Por eso les conmino a informarse en los medios oficiales, a no dar ni repetir noticias falsas y a estar atentos a las recomendaciones que las autoridades hacen, para poder cumplir las disposiciones de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud.
En lo que corresponde al gobierno, estamos trabajando para garantizar la salud de todas y todos; contamos con la capacidad y los recursos necesarios; el personal médico, cada día, atiende con calidad y calidez a los enfermos, aun a riesgo de su propia vida.
Sumándome a la voz del presidente de México, agradezco y reconozco a las doctoras y doctores, enfermeras y enfermeros, personal de intendencia, personal administrativo, camilleros, hombres y mujeres que en los hospitales públicos y privados están atendiendo a los enfermos por este virus.
Contamos, además, con el apoyo del patriótico Ejército mexicano y de la Marina Armada de México, quienes a través del plan DN-III y del plan Marina, con su colaboración y experiencia, ayudan a las familias mexicanas en tiempos aciagos.
Es la grandeza de los pueblos lo que impulsa hacia un nuevo horizonte de bienestar y progreso. Este es uno de esos momentos.
A pesar de la tempestad y de enfrentarnos a una circunstancia inédita, México ha emprendido una transformación en su vida pública que le permitirá afrontar la crisis de salud pública, y también aquella que se ha cernido sobre el mundo a causa de un modelo económico codicioso y agresivo.
Este gobierno ha comenzado la Cuarta Transformación de México y queremos afrontar esta crisis de manera distinta a como se habría hecho anteriormente, en muchos aspectos: siendo un gobierno respetuoso de las libertades individuales y los derechos colectivos —desde la libertad más básica hasta los derechos sociales— para que en todo momento sean respetados y potenciados.
El gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador es partidario de desarrollar los derechos, no de restringirlos. Sobre todo de los más necesitados, a través de los programas sociales y las acciones prioritarias, pero también es un gobierno comprometido a respetar y favorecer la libertad de empresa, la contratación colectiva y los derechos de los trabajadores, la libertad de asociación y el derecho de huelga. Es un gobierno garante del derecho de propiedad y la competencia económica.
El presidente quiere construir futuros distintos en todas las áreas: en la educación, la ciencia, la cultura, la economía y la justicia social. Futuros en los que los derechos de todos estén garantizados, en los que la distribución equitativa del ingreso sea una realidad y en los que la disponibilidad de alimentos para todos y todas sea posible a partir de un mayor apoyo al campo.
México, solidario como es, durante mucho tiempo ha redistribuido los recursos fiscales para apoyar a las regiones del norte. Ahora es tiempo de apoyar al sureste para superar la brecha de desigualdad social.
Somos una sola República, representativa, democrática, federal, y como tal debemos actuar.
Aspiramos a una sociedad que favorezca las libertades individuales y por eso es tiempo de combatir todos nuestros miedos, haciendo frente a la emergencia global con soluciones locales, diversas, creativas. Cuando esta situación se supere, y estoy segura de que así será, todos vamos a asumir un papel más activo.
La responsabilidad de cada uno sobre nuestra propia salud y la de los demás, sobre la vida humana y la economía familiar y colectiva, se habrá modificado.
Nuestros hábitos cambiarán; los de higiene, particularmente. Pero lo harán también nuestras formas de organización, de trabajo y convivencia, también nuestras formas de producción y de consumo.
Desde los ideales de la cuarta transformación, cambiará también la actitud que tengamos con aquellos que más lo necesitan.
Estoy cierta de la grandeza del pueblo mexicano. Su solidaridad y unidad serán fundamentales para vencer la amenaza de covid-19. Una vez controlado, seremos una nación más comprometida con el bienestar. Desde nuestra responsabilidad individual y colectiva, el futuro lo construiremos todos y todas. Otros futuros, mejores futuros son posibles.
*Secretaria de Gobernación