Lo que más me gusta de la serie española Valeria, que estrenó recientemente en Netflix y que se ha mantenido dentro de lo más visto esta semana en esa plataforma en nuestro país, son sus hombres. Una selección de hermosos actores españoles que son el detonador de la mayoría de las historias de sus cuatro protagonistas, en particular de Valeria, una aspirante a escritora que tiene un esposo tan guapo, que parece ridículo que esté aburrida de él y obsesionada por otro hombre, que hay que decirlo, es estúpidamente guapo.
Me atraparon los hombres, pero me quedé por sus sutilezas. Una de las cuatro amigas de Valeria, Nerea, es lesbiana y uno de sus conflictos principales es que sus amigas heterosexuales no le prestan la atención suficiente, ya que no se la pasa hablando de hombres en cada charla de café. La serie, aunque de forma muy rápida (hubiera sido muy bueno que dedicaran más tiempo en el tema) aborda lo complejo de relacionarse a través de las aplicaciones para conocer personas. También habla sobre los juicios hacia aquellos que tienen mucho sexo y sí, por fortuna todo ese sexo aparece de manera frontal en pantalla.
Valeria es muy simple y se parece a muchas cosas que hemos visto en televisión, siendo su principal referencia Sex and the city. Pero a final de cuentas se siente como una propuesta honesta, que busca mostrar los desafíos de mujeres y hombres adultos y que resulta un buen rato de esparcimiento sin mucha complejidad, algo que se agradece cuando tenemos un mar de información muy dura allá afuera.