Al ver los avances de RuPaul’s Secret Celebrity Drag Race, simplemente lo rebuscado del nombre me causó un rechazo inmediato, además de tener una temporada regular del show corriendo en este momento (que por cierto, no está mal). Pero el morbo y el gusto por ver a hombres vestirse y actuar como les da la gana, me llevó a darle play y me topé con una de las sorpresas más gratas de la temporada. Esta extraña versión de la competencia de drags, es la mejor en tres años.
¿Qué la hace un producto superior? Que todos los participantes son profesionales de los escenarios. Tres de las drags favoritas en la historia de la competencia y tres famosos que durante un episodio, se enfrentarán a los retos más populares del show y al final se transformarán en drags. El o la ganadora se llevará un premio en efectivo para apoyar a alguna fundación que apoya a grupos necesitados. Entonces, el entretenimiento está garantizado. No hay que perder el tiempo esperando a que un grupo de drags pulan sus habilidades, desde el primer momento todos los involucrados ofrecen un gran show.
Lo mejor de todo es que la mayoría de las celebridades que han participado hasta ahora son aliados LGBT+. Hombres y mujeres cisgénero heterosexuales que atraviesan el proceso de convertirse en una drag, que tienen conversaciones sobre identidades de género y orientaciones sexoafectivas, mientras son maquilladas con exageración y lucen unos vestuarios de ensueño. Que las malas experiencias de las recientes temporadas de RuPaul’s Drag Race no les quiten la oportunidad de disfrutar Secret Celebrity. Vale mucho la pena.