Hace algunos días se suscitó en la ciudad de Torreón, Coahuila un claro acto de homofobia por parte de la institución de seguridad pública del municipio, donde le solicitaban a dos chicos que se retiraran del lugar por estar cometiendo actos “contra la moral”.
Los hechos ocurrieron en la Plaza Mayor, a grandes rasgos, dos jóvenes se besaban en público, un acto de amor o de deseo que a simple vista es mal visto por elementos de policía que transitaban por el lugar.
No es necesario seguir indagando o infiriendo sobre lo que pudo o no a ver ocurrido.
Lo que verdaderamente es importante señalar y cuestionar es la labor de estos elementos de policía municipal, hombres trabajadores al servicio de la ciudad que evidentemente hacen notar su falta de capacitación y sensibilización en derechos humanos.
Esto por sí solo ya es una falta muy grave no solo hacia los derechos de las personas que les tocó vivir en carne propia todas estas acciones de violencia y homofobia, es un claro atentado hacia los derechos humanos de todas las personas pertenecientes a las disidencias sexuales, es un acto que definitivamente logra un eco en todas las personas que lo observaron y en las otras más que se enteraron de lo sucedido.
Si bien se está realizando un trabajo arduo para el reconocimiento y goce de todos los derechos para todas las personas, un suceso como este nos deja en evidencia que existen muchas cosas aun por realizar.
Hago un llamado urgente a todas las instituciones del municipio y principalmente a la corporación involucrada, a que revisen los prejuicios con los que están llevando a cabo sus labores, analicen y reflexionen sobre su impacto, y sobre todo que puedan proveer a todo su personal de herramientas para el buen trato, de capacitar y sensibilizar en materia de derechos humanos y tener bien claro que estos son los principios por los cuales deben regirse al realizar su labor como servidores públicos, y no sobre sus creencias personales.
@incidefemme