La violencia es cualquier acción u omisión con el objetivo de controlar, dominar y someter a alguna persona causándole algún daño en las diferentes esferas (psicológica, física, sexual, económica y patrimonial) de su vida, en los ámbitos público y privado.
Esto de acuerdo con la Ley General de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
En este sentido todas las personas somos capaces de reproducir comportamientos violentos que afecten a otra persona y todas las personas somos propensas de vivir algún evento que atente contra nuestra integridad física y/o psíquica.
Es importante recalcar que el mayor porcentaje de hombres que vive violencia, la sufre por parte de otros hombres.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización (ENVIPE), 85% de las violaciones a la Ley son hechas por hombres.
La cultura machista nos ha educado y aleccionado a todas las personas a vincularnos por medio de acciones violentas.
Aquí es donde se abren diversos cuestionamientos sobre ¿qué estamos haciendo los hombres para reducir estos números de homicidios y la violencia que ejercemos en general?
Es difícil observar cómo los hombres masculinistas se quejan de la violencia que viven y reciben, pero a la vez no toman acciones de prevención, sensibilización y atención.
En la actualidad estos hombres tratan de visibilizar de una forma muy sesgada la violencia que otros viven por parte de las mujeres, si existen mujeres que ejercen violencia, solo que la mayoría lo hace desde este aprendizaje machista y como una reacción a las violencias que ellas viven a diario por todo un sistema sociocultural, a diferencia de nosotros los hombres que no existimos en una estructura que nos oprima y violente sistemáticamente.
Entonces regreso al punto, ¿qué estamos haciendo los hombres para dejar de ejercer violencia? Y por consecuencia dejar de vivirla.
@IncideFemme