La presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad —con una destacada actuación por parte de Omar García Harfuch— se anotaron otra victoria política y operativa, tanto en la relación bilateral con EU y el presidente Trump como en la preservación de la propia seguridad nacional y ciudadana. En Palacio Nacional se tiene claro que con el traslado a tierras estadunidenses de 29 capos de la droga se ha enviado el mensaje a los criminales de que se acabaron los tiempos de impunidad.
La oposición tímidamente ha dado indicios de querer calificar esta acción como una “ofrenda” de Sheinbaum al gobierno trumpista, como medida desesperada para evitar los aranceles de 25% a los productos mexicanos, pero hasta estos grupos políticos coinciden en que la medida fue congruente con el discurso que se ha venido manejando desde las conferencias mañaneras, en el sentido de que se promueve la cooperación entre los dos países siempre en un marco de respeto a la soberanía.
La acción sin duda aportará para que mañana, martes 4 de marzo, pudiera confirmarse que los aranceles con los que ha venido amenazando Trump no se conviertan en realidad, pero, de cualquier manera, el objetivo principal de la operación ya está plenamente superado, pues se logró arrebatar el destino de esta casi treintena de criminales de las manos de un grupo de jueces que, de acuerdo con versiones de altos mandos de los cuerpos de seguridad, les brindaban ventajas y protección.
Algunos procesos de extradición de estos narcotraficantes, entre los que destacan Rafael Caro Quintero, Vicente Carrillo Fuentes y dos prominentes liderazgos del en su momento poderoso cártel de Los Zetas, llevaban más de una década atascados, por lo que, en una operación diseñada y ejecutada por prácticamente todos los cuerpos de seguridad, procuración de justicia y fuerzas armadas, tuvo que recurrirse finalmente a la Ley de Seguridad Nacional para justificar jurídicamente el envío de estos personajes reclamados.
Palabras clave
El secretario de Comercio de EU, Howard Lutnick, asegura que habrá aranceles para México en algún porcentaje; pase lo que pase en el ámbito comercial, el traslado del pasado jueves de los criminales por ningún motivo podrá ser considerado un fracaso. Ésta y otras acciones y sus resultados dan cuenta de que la estrategia de “abrazos, no balazos” ha quedado atrás.