La estrategia por venir México-EU

Ciudad de México /

En la considerada fiesta de la mexicanidad en Estados Unidos, celebrada este 5 de mayo, quedó nuevamente de manifiesto la importancia que tiene para la nación más poderosa del mundo la relación con su vecino del sur. Prácticamente los 37 millones de mexicanos que viven en aquel país salieron a las calles a festejar su origen y en la Casa Blanca se ondeó la bandera tricolor. 

Esa comunidad que representa casi la mitad de la fuerza de trabajo latina, y que aporta más de 300 mil millones de dólares al PIB norteamericano, celebra el reconocimiento cultural, aunque muy consciente de que en materia de reconocimiento de sus derechos falta mucho. Y justo esta semana, esa misma comunidad ha empezado a votar para elegir al presidente o presidenta que tendrá que defender esos derechos desde su país de origen.

Es muy claro que los años de “la enchilada completa” quedaron atrás y que la ya de por sí compleja discusión de un acuerdo migratorio que beneficie en EU a los connacionales quedó rebasada por una nueva realidad, en la que el conflicto se centra en cómo detener las nutridas caravanas migratorias que parten de Centroamérica y en la solución al trasiego, para un lado y para el otro, de las armas y del fentanilo.

El comercio bilateral y los derechos de los trabajadores mexicanos fueron desplazados de las mesas de negociación por otras problemáticas en el papel más apremiantes, las cuales, por cierto, encuentran su punto más álgido en el momento en el que ambos países convocan a sus ciudadanos a elecciones. Del lado de EU, tenemos experiencia con ambos contendientes y sabemos qué esperar de Trump o de Biden; nos espera averiguar cuál es la postura de nuestras candidatas y candidato.

Palabras clave

Se sabe que la candidata más adelantada en el manejo de un proyecto para abordar las relaciones bilaterales es la morenista Claudia Sheinbaum; esto de la mano de un muy experimentado Juan Ramón de la Fuente, quien se desempeñó como representante de México ante la ONU. La estrategia, aseguran, es quitarle presión a la eventual presidenta, responsabilizando a otros funcionarios del gobierno mexicano de los temas de conflicto con EU; así, se busca dejar los temas de seguridad en manos de un titular de la Sedena que tenga buenas ligas con sus homólogos norteamericanos y regresar los temas comerciales a una Secretaría de Economía muy potente..


  • Óscar Cedillo
  • Director General Editorial de Grupo @Milenio. Journalist, Digital, DJ and Biker / Escribe todos los lunes su columna Contraseña
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