En febrero de 2007 se promulgó en México, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia y parece que no ha servido de mucho, pues se multiplican los crímenes y agresiones contra mujeres, como las quejas por deficiente atención en instancias “especializadas”, igual que se elaboran discursos y hasta conmemoraciones intrascendentes si las mujeres siguen sintiéndose asediadas e inseguras en su tránsito diario por la vida.
Esa ley estableció desde entonces la coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, así como los principios y modalidades para garantizar su acceso a una vida libre de violencia que favoreciera su desarrollo y bienestar conforme a los principios de igualdad y de no discriminación.
Un año después en el Estado de México, mayo de 2008, se emite la propia Ley del mismo nombre, destacando que además se prometía garantizar la protección institucional especializada para las víctimas de la violencia de género, así como de sus hijas e hijos y asegurar el acceso transparente y eficaz a la justicia.
Siete años más tarde (2015), con todo y las leyes citadas, por la violencia desbordada contra las mujeres, adolescentes y niñas, en once municipios se decretó una “Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres”, para que se diseñara la forma de responder a este problema, se hizo algo pero hoy aún se discute si esto está funcionando, peor aún, puede que en el mes de marzo se determine si se extiende la alerta a otros municipios o se especifica una alerta por desaparición de mujeres y niñas.
Mientras los expertos y los funcionarios idean qué paso sigue en este camino, y aun cuando se ha mencionado que la “descomposición social” es parte del origen de los episodios de violencia, me da esperanza ver que en ciertos sectores sociales, hay una reacción basada en la solidaridad y la empatía que cohesiona a la sociedad, para ofrecer apoyo y protección a las mujeres que se sienten acechadas por agresores en diferentes espacios.
Se llamen como se llamen esos movimientos colectivos, #NoEstásSola o #SilvaPorTuVida, por poner un ejemplo, son claves y dan idea que no todo está perdido, porque como sociedad no podemos seguir en la ruta del ensimismamiento y la indiferencia que hasta hoy nos ha hecho más vulnerables. Es un buen principio. Ojalá crezca, más gente se sume para estas y otras causas.._
Ciudadanos contra la violencia de género
- Ojalá
-
-
Óscar Glenn
Ciudad de México /
LAS MÁS VISTAS