Ante el cruento periodo de sequía y la devastación que la actividad humana ha provocado en el medio ambiente, que inocultablemente conllevó a la escasez de agua a niveles críticos en la mayor parte del Estado de México, se ha prometido por parte del gobierno estatal un trabajo integral para resarcir el daño ambiental, restaurar el entorno y con ello permitir que poco a poco mejoraran las condiciones de aprovechamiento y disponibilidad de recursos naturales, como el agua, el aire y el suelo.
En este desafío es imperioso un enfoque equilibrado y responsable de convivencia al cual ineludiblemente se debe convocar a toda la sociedad, no como una actividad ocasional y casi recreativa, sino adoptando con determinación un nuevo estilo de vida, a la par de una intervención firme de la autoridad en uso de sus facultades.
Por eso es importante destacar para empezar a revertir el deterioro, este sábado el gobierno del Estado de México puso en marcha desde Temoaya el Plan de Restauración Forestal Estrategia 2024, dado que la masa forestal de la entidad ha disminuido de manera inclemente y hasta ahora al parecer no se había iniciado una intervención institucional profunda para detenerlo y revertirlo, según afirman. Habrá que esperar que este gobierno muestre que, más allá de los anuncios espectaculares que todos sus antecesores han hecho, es capaz de lograr resultados.
Debe ser trascendente que al arranque, y ojalá también a todo su desarrollo, estén convocadas las secretarías de Medio Ambiente, Desarrollo Urbano y la misma Contraloría estatal, pues sugiere que le otorgan relevancia prioritaria y, en cada acción o proyecto bajo su competencia, deberán aplicar ineludiblemente las consideraciones ambientales y asumir la corresponsabilidad con el proyecto sin regateos ni desvío alguno, pues no hay espacio a simulaciones.
Ha afirmado la Secretaria del Campo, María Eugenia Rojano, que se aplica una nueva visión para restaurar la gran fortaleza forestal del estado, y con ello los demás recursos que emanan de los bosques, tales como la flora y la fauna endémica de cada región y, por supuesto, el agua.
Mostrando sensibilidad y conocimiento, la funcionaria expuso que tanto en los bosques de agua en el sur como en el norte y en la montaña, hay problemas fitosanitarios, plagas, tala clandestina y otras enfermedades; por lo que se debe fortalecer la intervención para evitar que todo esto se siga expandiendo, pues de no hacerlo el estado es altamente vulnerable a tener una declinación forestal severa.
Por ello también es clave trabajar con ejidatarios, comuneros, con los pueblos originarios y los gobiernos municipales y resumió el que es quizá uno de los mayores desafíos: "La agricultura, el sector agropecuario, no tiene que ser visto como causa del cambio climático, del problema forestal, sino que tenemos que cambiar la visión para que sea no esta causa, sino al contrario, sea parte de la solución". Ojalá.
De destacar también lo dicho en este contexto por el Secretario General de Gobierno, Horacio Duarte en nombre la Gobernadora Delfina Gómez: "...tenemos el deber moral e histórico de restablecer esa armonía con la naturaleza, esa armonía que sí sabían cuidar y promover los pueblos originarios..." pues además al reconocer que los bosques están siendo amenazados por el crimen organizado con actividades ilícitas, presumimos que asumen la responsabilidad de frenarlo a como dé lugar.
Se ha establecido la meta este año de restaurar ecosistemas forestales en 3 mil 500 hectáreas de bosques de agua; 6 mil 20 hectáreas para la preservación de reforestaciones y mil 600 metros cúbicos de presas de gavión, con una inversión superior de 30 millones de pesos; además mejorar la administración de bosques con una inversión de más de cinco millones de pesos; promover plantaciones sustentables, impulso a áreas cultivadas con recursos forestales, captura de carbono, promoción de acciones para la captura y almacenamiento de dióxido de carbono, con una inversión de 10 millones de pesos. Además está el Programa de Pago por Servicios Ambientales Hidrológicos del Estado de México, que contribuye a la conservación y protección de cerca de 85 mil hectáreas, que dio inicio con la entrega de 11 cheques a propietarios de Temoaya.
Más nos vale que de resultado. Ya sentimos las dificultades para subsistir sin agua.