Asesinato: “La voz de Dios”

  • Vademecum
  • Óscar Hernández G.

Laguna /

La madre de Charles Guiteau le enseñó a cantar la biblia, y su padre era un fanático de los sermones. 

Guiteau era un fracasado en lo laboral y matrimonial. Sin embargo, él se sentía muy seguro de sí mismo políticamente. 

James Garfield obtuvo la presidencia de los Estados Unidos en1880; Guiteau se obsesionó con el presidente y llegó a pedirle el consulado en Paris, el presidente lo ignoró, al parecer esto no le agradó mucho a su fiel admirador y comenzó a ver al presidente como una amenaza para el país. 

Y en mayo de 1881 Guiteau oyó la voz divina “Mata al presidente”. 

Compró una pistola y en Washington le disparó un tiro en el brazo y el segundo disparo en la espalda, el presidente se desplomó al piso. 

Sobrevivió al ataque inicial, pero murió meses después de sufrir dolor hambre e infección. 

En el juicio, sus defensores plantearon un caso de demencia; pero el asesino se burló de esto, pues él se consideraba completamente sano; llamó idiotas al jurado y se postuló para próximo presidente de los Estados Unidos. 

Los psiquiatras lo consideraron sano a pesar de que el homicida se creía Napoleón, Ciceron y Martin Lutero. 

Solo un médico el Dr. Edward Spitzka lo señaló con un comportamiento de loco, conducta y lenguaje de loco. Al jurado poco le importó y lo condenó a la horca. 

Después, cuando se realizó la autopsia, los médicos observaron el cerebro del homicida, esperando encontrar alguna lesión; pero no encontraron absolutamente nada, el cerebro parecía escalofriantemente normal. 

A partir de este tipo de homicidios -magnicidios- y de la aparición de los asesinos seriales, la neurociencia inició la búsqueda de los trastornos cerebrales que afecten la anatomía y la función neuroquímica del cerebro. 

Las implicaciones legales seguramente tendrán que ser modificadas en un futuro en este tipo de casos; y todo irá de la mano con los descubrimientos de la neurociencia.


sinrez@yahoo.com.mx

Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.