Este mes se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental.
En su mensaje al respecto, la Organización Mundial de la Salud hace referencia a la importancia de mantenerse sano mentalmente para funcionar bien en el ambiente social, laboral, familiar, etc.
Hace hincapié en la reducción del nivel de estrés cotidiano, favoreciendo y buscando estrategias que eliminen el estrés para un bienestar individual y colectivo.
El mensaje es impecablemente políticamente correcto. Me recuerda un sin fin de memorándum “pegados” con tachuelas y cinta adhesiva que están por doquier en los pizarrones, vitrinas y paredes de las empresas, fábricas y hospitales; poca gente los lee en sus ratos de ocio y, peor aún, casi nadie pone en práctica las recomendaciones escritas.
Sin embargo, la autoridad “ya cumplió” al hacer público y pegar el escrito.
El asunto de si la sociedad da lugar a los problemas mentales, o las personas con problemas mentales alteran a la sociedad, parece que nunca será resuelto.
Sin embargo, me parece que reducir la Salud Mental al tema del estrés o presiones de la vida diaria en nuestra actualidad es minimizar al ogro sombrío de la disfunción mental en su verdadera esencia como lo es la Depresión, Bipolaridad y Suicidio y quizás podríamos incluir compartiendo terreno las adicciones.
Estas entidades no desaparecen con mensajes optimistas adheridos a un muro de ladrillo o portal electrónico promoviendo la higiene mental para la buena convivencia.
Bueno fuera que así sea.
Sin embargo estoy prácticamente seguro que los pacientes con verdaderos problemas de salud mental (ya no digamos esquizofrenia) paradójicamente emitirán una risa involuntaria al verse ocultados por el estrés del día a día como un problema de salud mental, en un día tan importante.
Y es que dirán a sí mismos, en una conversación interna: ¡Definitivamente hay niveles!
En nuestra medicina actual a veces pecamos de patologizar todo lo que está a nuestro alcance.
Vamos, el estrés siempre ha existido y acompañará al hombre desde los tiempos de las cavernas hasta la era intergaláctica futura.
La existencia y vida misma de cada uno de nosotros en lo individual y colectivo nos angustia y estresa día con día.
Sin duda hay que saberlo modular y regular o al menos intentarlo.
Pero por favor, en el Día Mundial de la Salud Mental, cuando se hable de salud mental, no es justo que se omita en todas sus letras la negra amargura y sufrimiento recalcitrante, terco y necio que invade al paciente que ha naufragado en la Depresión-Bipolaridad-Esquizofrenia y Suicidio.
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