La próstata

  • Vademecum
  • Óscar Hernández G.

Ciudad de México /

El cáncer de próstata ocupa el segundo lugar en frecuencia en el hombre, sólo superado por el cáncer de pulmón, aunque este último es más agresivo y mortífero. Hoy en día el cáncer de próstata es más fácil de detectar, crece muy lentamente y es difícil que un paciente muera por cáncer de próstata.

La posibilidad de padecer cáncer de próstata está íntimamente ligada con la edad; en los varones de entre 40 y 60 años de edad, la probabilidad es de 1 en 100, mientras que en los hombres mayores de 60 años, la posibilidad de sufrir cáncer de próstata es de 1 en 10. Dicho de otra manera, a partir de los 50 años un varón tiene el 50% de probabilidad de padecer cáncer de próstata.

Hoy en día se recomienda la medición del Antígeno Prostático - APE- en sangre y la realización de tacto rectal en los varones mayores de 40 años, por lo menos una vez cada año.

Cuando el antígeno prostático se encuentra elevado, y el tacto rectal detecta una próstata crecida, con una textura irregular y dura, entonces se recomienda la realización de un ultrasonograma rectal para visualizar la próstata y tomar una biopsia.

En muchas ocasiones el crecimiento prostático se debe a Hiperplasia prostática benigna- HPB- y por lo general se puede tratar con medicamentos, o bien con la destrucción de la próstata por vía de la uretra, luego se deja una sonda foley o urinaria unos cuantos días mientras cicatriza la uretra, mientras tanto, el enfermo puede orinar “con sangre” pero poco a poco la orina se aclara y se vuelve normal, hasta retirar la sonda urinaria.

En el caso de que la biopsia prostática sea positiva para cáncer, se procede a estadificar el tumor; por lo general cuando el tumor está localizado, se recomienda la cirugía para extirpar la próstata. También se pueden emplear medicamentos anti-androgénicos para reducir el tamaño de la próstata previo a la cirugía.

Otra opción de tratamiento es el uso de radioterapia externa, y en otros casos se puede emplear el uso de “semillas” radioactivas que se implantan en la próstata para destruirla.

La sintomatología prostática se caracteriza por urgencia de ir a orinar, aumenta el número de veces en que el paciente orina sobre todo en las noches, el chorro urinario es “doble”, y otros presentan sangrado al orinar. En base a los síntomas es muy difícil distinguir entre un crecimiento prostático benigno o cancerígeno; por eso es indispensable el tacto rectal y la biopsia para decidir el tipo de tratamiento en cada enfermo.

En aquellos enfermos que superan los 70 años de edad, en ocasiones el tratamiento del crecimiento prostático es conservador con medicamentos, es decir sin cirugía, a menos que presente muchos síntomas.



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