La gente ya no cree.
La Procuraduría de Justicia jura que el hombre detenido en San Miguel de Allende, mató a sus tres hijos, pero el pueblo no les cree.
La gente se resiste a comprar esa versión.
A estas alturas, ya no les creemos.
La credibilidad de las autoridades está por los suelos.
El Gobierno Federal nos dice que aumentó la gasolina porque era inevitable, pero no les creemos. El presidente Enrique Peña Nieto nos dice que nos acabamos la gallina de los huevos de oro, y no le creemos. Tal vez ellos se la acabaron.
Todo lo que nos dicen, no es de confianza.
El Municipio de León aumentó 2 pesos al pasaje de la oruga y nos dicen que era necesario, y no les creemos.
Siempre creemos que hay gato encerrado.
A lo mejor es cierto, pero no nos convencen.
A lo mejor el señor de San Miguel de Allende, asesinó a sus hijos, pero nadie la cree. A lo mejor la policía es inocente, pero no nos dan confianza. A lo mejor el incremento a la gasolina era urgente, pero no queremos creer. A lo mejor el aumento de la oruga era obligado, pero no lo entendemos. A lo mejor la guerra del narco, era inevitable, pero no lo entendemos.
Nos han echado tantas mentiras, que ya no confiamos en nadie. Nos han robado de tal forma, que ya nadie es confiable. Nos han visto la cara tantas veces, que ya no es fácil comprarles una versión aunque sea real.
El Gobierno perdió la credibilidad.
Todo lo que digan es dudoso y sospechoso.
Ellos nos dicen que son honestos y nos da risa. Nos afirman que están trabajando y nos suena a burla. Nos juran que van a cambiar a México y queremos llorar.
Todos son una bola de mentirosos y tramposos que nos quieren ver la cara. Así los vemos, aunque sea exagerado. Estos señores mentirosos van a tener que hacer acciones reales y honestas para recuperar la confianza del pueblo. Para empezar, sería bueno que nos contaran la verdad de lo que pasó con los 3 niños muertos en San Miguel de Allende.