La realidad es que no está claro. ¿Quién mató a los tres niños de San Miguel de Allende?
La Procuraduría de Justicia de Guanajuato acusa al padre de haber asesinado a sus propios hijos. Pero la madre dice que es una mentira y que los niños fueron asesinados durante el operativo por los propios policías. ¿Quién mató a los niños entonces?
Es un misterio.
Aquí alguien miente.
O miente la Procuraduría de Justicia por encubrir a los agentes del grupo especial táctico. O miente la señora que no acepta la versión de que su esposo asesinó a los pequeños.
La historia deja muchas dudas. La Procuraduría de Justicia afirma que ya hicieron los peritajes de balística y criminalística y que el padre disparó su arma de fuego y que corresponde a la misma arma. Pero eso solo lo han visto ellos. La Procuraduría hace sus peritajes y toma decisiones, sin que nadie pueda atestiguarlo.
Lo peor es que los cadáveres de los niños ya fueron sepultados y es casi imposible que otra instancia haga un segundo peritaje para confirmar que la Procuraduría dice la verdad. La única opción es que pudieran exhumar los cuerpos para hacerles otros peritajes. Y la duda es: ¿Para qué sepultaron a los niños sin hacerles un segundo estudio?
El caso está complicado.
La Procuraduría habla de un grupo criminal que estaba en la misma casa, pero no hay rastro de otras personas que hayan estado en el lugar. ¿Quiénes son esos hombres?
La realidad es que nadie cree la versión de que el padre asesinó a sus tres hijos. No tiene sentido. Es absurda. No es convincente. Y el pueblo no compra esa historia. La gente cree que el padre es inocente y que alguien más asesinó a los niños. ¿Entonces quién los mató? ¿Quién les quitó la vida? ¿Tiene algo qué ver con el grupo criminal? ¿Fueron los criminales? ¿Fueron los policías en un fuego cruzado? ¿Fue el padre? ¿Qué tipo de personas son tan despiadadas como para dispararles en la cabeza a los niños?
pablo.carrillo@milenio.com