El partido gobernante Morena se ha convertido en una masa amorfa compuesta con los peores ingredientes de los partidos tradicionales, como el PRI, PRD, PAN y PT.
Sin rumbo ideológico, los seguidores del movimiento lopezobradorista se han sumado a las viejas prácticas del partido corporativista, con el ADN de la savia política priista de la que se ha nutrido.
Además de las marrullerías y trampas de las que se nutre de priistas connotados, Morena suma el canibalismo político de las tribus perredistas, acostumbradas a la lucha encarnizada por el poder.
Es el ambiente político partidista que priva en Morena a raíz de la convocatoria emitida para elegir consejeros estatales en las plazas públicas, a mano alzada, donde participa el pueblo bueno.
En este partido no hay debate, solo obediencia ciega ortodoxa, lo cual ya raya en el fundamentalismo donde basta la luz, imagen y guía de su Ayatola.
En este proceso interno de Morena votan los beneficiarios de los programas sociales de la Cuarta Transformación y las burocracias en los gobiernos y en el partido gobernante, que son exactamente lo mismo.
Lo que se observa en el proceso interno del partido gobernante es un primitivismo político que gira en torno a la oferta y la demanda, de acuerdo con quién tiene el poder y cómo lo ejerce.
Así, por ejemplo, surgen protestas de gobernadores, como el poblano que denuncia la utilización de los servidores de la nación en la Secretaría del Bienestar (en el PRI era la Sedesol) para acarrear a los beneficiarios de los programas sociales, con el fin de que voten en las plazas públicas el 30 de julio.
Como en la 4T no hay ley que les impida nada, en la total ilegalidad, tal y como actúan gobernando, hacen lo propio con los recursos materiales y humanos del gobierno para sus fines partidistas.
No hay recato ni decencia en las dirigencias de Morena en los ámbitos municipal, estatal y federal; como en los regímenes priistas, el PRI era una secretaría federal más del gobierno.
Morena no es un partido joven democrático ni de izquierda, es un mal remedo del PRI donde abunda la suciedad política e ideológica de los retazos de los que está hecho.
El uso faccioso de una secretaría federal de Bienestar en la renovación de dirigentes de Morena, habla de la inmundicia en ese partido.
pablo.ruiz@milenio.com