La asfixia de la derecha mexicana

Ciudad de México /

Recientemente la derecha mexicana (en especial el PAN) se ha dedicado a atacar al Estado con andanadas sustentadas en campañas mediáticas, sobre temas pre-fabricados, como lo es el reciente ataque a la presidenta Claudia Sheinbaum acusándola infundadamente de la muerte del presidente municipal Carlos Manzo.

Y es que la derecha mexicana no tiene aire substantivo para seguir adelante desempeñando un papel preponderante en la política nacional, por lo que tiene que acudir a actos espectaculares de ofensiva, que no tienen algún fundamento propositivo, alternativo. La razón de esto es que a Morena le está yendo muy bien en todos los campos político-económicos.

En lo económico, el enfoque de Morena prioriza el papel del Estado en la economía, con un gasto social elevado y prioridad en programas redistributivos. En esto la derecha no tiene mucho que oponerse, so pena de perder votantes, y no tiene espacio para propuestas alternativas al respecto.

En lo fiscal, la propuesta de la derecha es no aumentar los impuestos, pero esa propuesta se calla porque no ha habido una reforma fiscal.

En el rubro de empleo, Morena ha aumentado el salario mínimo, y ha creado empleos formales mediante la eliminación de los “nomineros” (empresas que falsamente administran la nómina de los trabajadores de otras empresas, en condiciones mínimas de seguridad social y del empleo) y el programa de jóvenes construyendo el futuro. Y ha logrado pleno empleo en el país. En este rubro la derecha tampoco tiene alguna propuesta, dado el pleno empleo en la economía. Por otro lado, la inversión privada ha estado aumentando a ritmos crecientes, por lo que la derecha tampoco tiene algo qué alegar al respecto.

En el rubro de energía y recursos naturales, Morena prioriza a empresas estatales, y ha impulsado cambios para fortalecerlas. Recientemente ha abierto aún más la participación privada en la generación de energía petrolera, por lo que la bandera de la derecha de permitir la participación privada no puede enarbolarse.

En el rubro de medio ambiente y energía renovable Morena está ocupada en cumplir con los compromisos del 2030, pero prioriza seguridad energética, por lo que se habrían limitado algunos proyectos privados en renovables. Aquí la derecha podría ser más propositiva pero por alguna razón no lo ha hecho.

En el rubro de seguridad pública y estrategia contra el crimen, Morena se ha enfocado en atención a las causas, y la creación de la guardia nacional, con un enfoque de seguridad pública centralizada. Con ese enfoque han empezado a disminuir considerablemente el número de muertes por violencia, lo que disminuirá el total de muertes por período. La derecha propone un enfoque más contundente en uso de fuerzas públicas y combate directo al crimen, pero su estrategia ha tenido resultados adversos en la disminución de la violencia en el pasado, por lo que la propuesta no encuentra eco entre la población.

En Educación, Morena revirtió y modificó la reforma educativa de la derecha establecida en el 2013, con cambios en los mecanismos de evaluación docente implementados en 2019. La propuesta de la derecha que impulsaba la evaluación y rendición de cuentas para el magisterio, no fue aceptada por los sindicatos.

En el rubro de derechos civiles y temas sociales, Morena ha abrazado la inclusión y la igualdad social, y la derecha no tiene una contrapropuesta a esta posición.

En materia de Instituciones, Estado de derecho y anticorrupción, Morena mantiene un discurso fuerte anticorrupción y, en consonancia con su fortalecimiento del Estado, ha desaparecido instituciones autónomas que desempeñaban funciones que debilitaban al Estado, por lo que absorbió estas funciones dentro de su propio aparato institucional. La posición de la derecha ha sido la de crear y mantener estas instituciones para contrarrestar y disminuir el poder del Estado.

En el tema de justicia penal y penalidad, Morena institucionalizó la elección democrática del sistema judicial, con énfasis en estrategias de prevención social. La derecha por lo general ha abrogado por una mano más dura, y el fortalecimiento de las capacidades de procuración de justicia e investigación que, de lograrse éxito en el nuevo sistema judicial, esta posición quedaría subsanada dentro de Morena.

En el tema de política exterior y comercio, Morena mantiene una agenda más enfocada en soberanía y no intervención, priorizando acuerdos que apoyen la autonomía nacional. Mantiene un fuerte foco en su relación con EU, lo cual era una bandera de la derecha, que por lo tanto no puede reclamar como alternativa.

En la agenda regulatoria y negocio, Morena enfatiza la regulación que favorece las empresas estatales y mantiene una fuerte intervención y supervisión sobre contratos privados en sectores estratégicos. La derecha clama por políticas que facilitan emprendimiento y desregulación para impulsar la inversión privada y la competitividad, pero no ha utilizado esta oportunidad en su programa político.

En Conclusión, la derecha mexicana tiene muy estrechos márgenes de actuación política activa, por un lado porque las políticas sociales de Morena son muy populares y ocupan un amplio campo del escenario político, y la derecha no puede oponerse a ellas porque perdería popularidad; por otro lado porque la innovación de Morena en campos contradictorios con la derecha, como es el fortalecimiento de las empresas del Estado, la absorción de las instituciones autónomas, y la elección popular del sistema judicial, no ha dado resultados adversos en la práctica, como para fortalecer una contra propuesta de la derecha.


  • Patricia Armendáriz
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