“El Capitán bajo la tormenta”

  • Club de Líderes
  • Pedro R. Aguirre Martínez

Laguna /

En mares tranquilos cualquiera podría parecer un buen timonel, el reto es salir avante cuando la vista se nubla, las olas suben y los vientos arrecian.

Hay ocasiones en que el horizonte no parece ser claro y las amenazas llegan de diferentes lados y formas, es entonces cuando un buen líder demuestra realmente de lo que está hecho. 

En un mundo globalizado los retos pueden venir del exterior o de nuestro entorno cercano, la capacidad de identificarlos y actuar rápidamente se vuelve sumamente importante.

Se dice que somos la generación de la crisis, pues han sido tan recurrentes que nos hemos acostumbrado a vivir y convivir con ellas, las de salud, las guerras y por supuesto las económicas. 

La Real Academia Española define crisis como: “Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”. 

Me parece muy relevante la última parte de esta definición, pues nos indica que la crisis también involucra cierta parte de percepción.

Un buen líder debe velar siempre por su equipo, en la diversidad poder identificar las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos. Obtener el mejor resultado posible, manejando los riesgos de cada situación y a su vez buscando las oportunidades que se presentan a través de este proceso y estar listo para aprovecharlas.

En un mundo cambiante nuestra capacidad de adaptarnos a las diferentes situaciones y condiciones es clave, la velocidad de los cambios nos exige aprender constantemente sobre las nuevas tendencias y tecnologías.

Actualmente convivimos al menos cuatro generaciones con características y rasgos muy bien identificados y definidos, las habilidades de comunicación se vuelven sumamente importantes, pues la forma de pensar y la lógica de cada una de estas generaciones pueden ser muy distintas, el comunicar de forma clara y asertiva es indispensable para un líder.

Un líder no necesariamente es el más inteligente o preparado, sino quien pueda entender y representar el sentir de su grupo y esto lo logra normalmente quien es empático, quien motive e influya en su grupo, familia o equipo de trabajo preferentemente de forma positiva.

Necesitamos líderes que nos impulsen a ser mejores, que lleven a su gente a complementar y sumar sus capacidades, con valores y un propósito bien definido, poniendo el ejemplo y manteniendo el equilibrio bajo presión, que identifiquen los riesgos y sepan aprovechar las oportunidades.

No sabemos cuál será la próxima tormenta, pero debemos estar siempre preparados pues de cierta manera y a pesar de nuestras diferencias, todos vamos en el mismo barco.


administracion@coconsa.com.mx

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