La lección tras la elección interna del PRI

  • Tribuna
  • Pedro Elizalde

tampico /

La reciente elección del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para su dirigencia nacional es un hecho que refleja la actualidad del instituto político.

El partido tricolor se ubica en la actualidad en tercera posición nacional, muy lejos de Morena y lejos del PAN, y por el contrario seguido de cerca de Movimiento Ciudadano y hasta del PRD.

El domingo celebró comicios internos para elegir la fórmula que dirigirá el rumbo hasta el 2023, así que la dupla que resultó vencedora estará vigente cuando Tamaulipas salga a votar por nuevo gobernador en 2022, si es que no sucede una catástrofe un año antes cuando exponga en las urnas las 12 gubernaturas que tiene.

Ayer se conocieron resultados preliminares de la elección interna de los priistas, y el resultado fue el esperado, el triunfo arrollador del gobernador con licencia de Campeche Alejandro Moreno y Carolina Viggiano.

De acuerdo con la información difundida por el órgano encargado de llevar el proceso electoral, con el 85% de mesas receptoras de votación computadas, los votos válidos hasta entonces ascienden a un millón 648 mil 825 sufragios.

Para la dupla Moreno-Viggiano fueron casi 9 de 10 votos realizados el domingo por los priistas que salieron a votar, que según el estimado por las cifras dadas a conocer fue algo así como el 30% de los que podían hacerlo.

De esta manera Alito y Carolina no fueron elegidos por dos de cada tres priistas en condiciones de hacerlo, ya que la mayoría de ellos no quisieron salir a votar. Al respecto, las teorías sobre los motivos son varios, aunque la indiferencia de la militancia priista para elegir a sus dirigentes refleja el momento que vive el partido.

Lo que le sucede al PRI se lo ganó a pulso pero también algo de lo que deben aprender las otras instituciones políticas, escarmentar en cabeza ajena.

Los partidos políticos, financiados con dinero del erario, deben ser de sus militantes y deberse a ellos, porque tarde que temprano el tiempo pasa la factura.

Ejemplos: el PRD al que a sus “tribus” utilizaron para su beneficio personal hasta casi liquidarlo. Ricardo Anaya que creyó que el partido era suyo y la elección de 2018 lo puso en su realidad. Algo que por cierto también Morena debe entender. 

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