El feminicidio es la forma más extrema de violencia de género. Es el homicidio de una mujer por razones de su género, es decir, cuando es asesinada debido a su condición de mujer.
Los feminicidios no ocurren de manera aislada. Son el resultado de una serie de actos violentos que se intensifican sin intervención y suceden en un entramado social y cultural que permite y tolera la violencia contra mujeres y niñas.
Un primer paso para combatir este delito es poner fin a la impunidad mediante una atención integral a la violencia feminicida, acceso a la justicia y un sistema judicial efectivo. Urge impulsar soluciones para prevenir, detectar, responder, actuar y reparar cualquier tipo de violencia por razón de género.
La naturalización o justificación de la violencia, la falta de acceso a mecanismos de justicia agravada por contextos socioeconómicos y culturales de vulnerabilidad, la revictimización de las mujeres en los procesos legales y la impunidad perpetúan un entorno que favorece estos crímenes.
La ONU en México contribuye significativamente a través de sus agencias. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) enfocada en fortalecer capacidades para identificar, investigar y enjuiciar los feminicidios, implementar programas de formación en perspectiva de género para funcionarios judiciales y agentes policiales, así como el desarrollo de herramientas tecnológicas para monitorear y prevenir la violencia contra las mujeres.
A la par, la Entidad de las Naciones Unidas para el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) se centra en la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas, proporcionando apoyo a los gobiernos para desarrollar políticas efectivas con base a modelos y mejores prácticas, fortaleciendo datos; desarrollando programas para la prevención del feminicidio y el acceso a la justicia, y la reparación y la memoria de las víctimas y sobrevivientes, en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil.
Otro elemento para comprender y prevenir el feminicidio es su medición. Este delito sigue en gran parte invisibilizado y la recolección de información es inconsistente de país a país. Por esta razón, ONU Mujeres y UNODC presentaron en 2022 el “Marco Estadístico para medir el homicidio de mujeres y niñas por razones de género”.
Sin embargo, a pesar de contar con esta herramienta, el número de países que reportó información sobre asesinatos de mujeres y niñas disminuyó en los últimos tres años. Actualmente, solo unos pocos países son capaces de producir datos sobre formas de feminicidio cometidos fuera del ámbito doméstico con base en el Marco Estadístico.
Dentro de estos esfuerzos por medir el feminicidio, el pasado 25 de noviembre, UNODC y ONU Mujeres lanzaron el Informe sobre Feminicidios en 2023. Este reporte confirma una dolorosa realidad: a pesar de múltiples esfuerzos mundiales, la violencia contra las mujeres y niñas persiste, incluso en los espacios que deberían ser los más seguros para ellas: sus familias y hogares, reflejando una crisis urgente que requiere acción inmediata.
En 2023, aproximadamente 51,100 mujeres y niñas fueron asesinadas por parejas íntimas o familiares alrededor del mundo, un incremento respecto al año anterior (48,800). Estos crímenes son el resultado de un sistema de desigualdad que deja a las mujeres expuestas a la violencia y a la impunidad.
Lo anterior significa que un promedio de 140 mujeres y niñas de todo el mundo perdieron la vida a diario a manos de sus parejas íntimas o miembros de su familia cercanos. Esta situación es especialmente preocupante en América, en donde hay un porcentaje de 1.6 víctimas por cada 100,000 habitantes.
La adecuada medición de la violencia contra las mujeres es fundamental para diseñar e implementar las políticas y estrategias más adecuadas para ponerle fin a esta forma tan extendida de violación de derechos humanos. La experiencia demuestra que el uso adecuado de datos puede prevenir la escalada de violencia contra mujeres y niñas, específicamente el feminicidio.
Por ejemplo, con base en la información de tres países, Francia, Sudáfrica y Colombia, entre 22% y 37% de las mujeres asesinadas por sus parejas denunció previamente algún tipo de violencia física, sexual o psicológica. Es decir, contar con esta información y una actuación adecuada, como una orden de protección o acceso a refugios, protecciones legales del patrimonio y sus hijas/os, hubieran hecho la diferencia.
El lanzamiento de este informe coincidió con el inicio de la campaña ÚNETE y los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, una campaña global de la ONU que invita a reflexionar y actuar. La prevención del feminicidio no es solo una obligación moral; es un compromiso con la justicia, la igualdad y la dignidad humana. Juntas y juntos, podemos construir sociedades donde las mujeres y las niñas vivan libres de violencia y miedo.