¿Cuántas mujeres han sido asesinadas en México por el sólo hecho de serlo? Karen, Ingrid,Cecilia y tantas víctimas más nos recuerdan todos los días que en México la violencia feminicida cobra la vida de 2.7 mujeres en promedio según cifras oficiales, y que este terrible cáncer sigue creciendo.
Recordemos como al inicio de la década anterior los medios de comunicación llamaron “Muertas de Juárez” a las decenas de mujeres que fueron víctimas de feminicidio.
Estos casos se judicializaron y llegaron a instancias internacionales, el caso más conocido derivó en la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso “González y otras vs. México”(Campo Algodonero), en la cual se mencionó por primera vez el término “feminicidio” a través del peritaje presentado por Marcela Lagarde.
A partir de esa visibilización, muchas mujeres en México han unido esfuerzos e impulsado medidas para intentar por todas las vías disponibles, terminar con el terror que enfrentamos todas las mujeres mexicanas frente a la posibilidad de ser violentadas sin tener acceso efectivo a la justicia y a la reparación del daño. Una de las más conocidas, pero no la única, fue la incorporación del tipo penal de feminicidio (con la estructura actual), en el Código Penal Federal el 14 de Julio de 2012 y posteriormente de forma paulatina, en la mayoría de las entidades federativas.
Sin embargo, como le he sostenido, la tipificación del feminicidio no basta por sí sola para erradicar esta forma de violencia extrema que ha cobrado la vida de muchas mexicanas. La clave complementaria está en la impunidad. Vencer la impunidad en materia de violencia feminicida implica la necesidad de fortalecer el andamiaje institucional del sistema de justicia.
Pero no sólo eso, para enfrentar este fenómeno que violenta, degrada y arrebata la vida de las mujeres, es necesario articular políticas públicas integrales y transversales. La impunidad es un problema multifactorial. En el caso específico de la violencia cometida en contra de las mujeres, amerita la intervención directa de distintas instituciones y la colaboración permanente entre la Federación y las Entidades Federativas para su solución.
No podemos permitirnos retroceder, la tipificación del feminicidio, las leyes para combatir la violencia de género y tantas otras acciones constituyen una conquista lograda a base del esfuerzo de generaciones de mujeres que vivieron la violencia en silencio; de víctimas que aún no han recibido justicia ni reparación; de las mujeres jóvenes que aún son susceptibles de convertirse en víctimas. La igualdad no sólo consiste en el acceso equilibrado a las mismas oportunidades entre mujeres y hombres; la igualdad sustantiva consiste también en garantizar protección a quien corre mayor peligro. Ningún sentido tendrá el reconocimiento de nuevos derechos si el Estado falla en preservarnos con vida y libres de violencia.
Pilar Ortega
Twitter: @PilarOrtega