Yo defiendo al INE

  • Columna de Pilar Ortega
  • Pilar Ortega

Ciudad de México /

El Hastag #YodefiendoalINE se ha hecho muy popular en las redes sociales desde que el presidente ha emprendido un sistemático ataque al órgano garante de la Democracia mexicana. Y para variar, esta semana, López Obrador anunció que en abril presentará una iniciativa de reforma electoral que incluirá, entre otros aspectos, la elección popular de las y los consejeros del INE.

La propuesta para cambiar el método de designación de integrantes del INE, descansa en el discurso tramposo de que lo que se busca es “que sea el pueblo” quien decida quienes integran al INE; el mismo discurso usado para justificar el proceso de revocación de mandato, que a final de cuentas se traducirá en un ejercicio caro e inútil. Esta fórmula, no sólo es desafortunada, sino que, en el fondo, también es antidemocrática.

Veamos por qué: En primer lugar, la propuesta que se plantea nace de una idea de democracia directa que es inviable. Norberto Bobbio, filósofo y jurista italiano, en su libro “El futuro de la Democracia”, respecto al conocido debate en torno a la idea de “pasar de una democracia representativa a una democracia directa”, señala que es necesario en primer lugar, entender el concepto de democracia directa, pues como él mismo señala, si “por democracia directa se entiende estrictamente la participación de todos los ciudadanos en todas las decisiones que les atañen, ciertamente la propuesta es insensata. Si hoy se decide que integrantes del INE se sometan a elección popular, mañana podrían tomarse un sin fin de decisiones por esta vía, lo que además de ser inviable sería costosísimo.

En segundo lugar, someter a elección popular la designación de integrantes del INE, tampoco se traduciría en una mayor calidad democrática, pues pudiéramos estar ante el caso de “democracias controladas” que pueden ser el inicio de gobiernos despóticos o absolutistas.

El modelo que se propone por el presidente descansa en la idea de que los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial presenten 20 propuestas para integrar al INE. Luego, éstos se sometan a elección popular.

De entrada, el Poder Ejecutivo, que en el actual modelo no participa, lo haría, sumado a que el partido del presidente controla la mayoría del Poder Legislativo federal. En los hechos, la elección de consejeros y consejeras del INE se traduciría en un ejercicio político promovido por el partido del gobierno.

En tercer lugar, es cierto que las democracias avanzadas se orientan hacia un proceso de democratización, pero ese proceso se traduce en democratizar a la sociedad civil. Y es justamente por lo que en los últimos años, ha habido un esfuerzo construido desde la propia sociedad civil para participar y contribuir a mejorar las decisiones públicas.

Justamente bajo esa premisa fue diseñado el actual modelo para designar consejeros del INE y que está plasmado en la Constitución. Hoy se cuenta con un mecanismo de designación que ha superado el sistema de “cuotas y cuates” de partidos, mediante la participación de un Comité Ciudadano que a partir de una convocatoria abierta, evalúa y selecciona a los mejores perfiles con el fin de formar quintetas por cada espacio a designar, para que la Cámara de Diputados elija Consejeros.

La propuesta realizada no busca mejorar la calidad democrática del país, sino acabar con el INE como órgano electoral confiable, independiente y autónomo.

Pilar Ortega

@PilarOrtega


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