En una entrevista reciente, el poeta español Jorge Dot (1963) anunció la monetización de su primer libro de poesía, “Los trabajos de la muerte” (Olifante Ediciones de Poesía, 2021), en token no fungible (NFT, por sus siglas en inglés: non-fungible token), valuado en 250 tokens criptográficos exclusivos denominados POEM, equivalentes a 268.48 dólares, disponible en https://poesia.io/ para quien desee adquirirlo como un bien único, indivisible, transferible y con la capacidad de probar su escasez, es decir, como un libro físico, pero por el que quizás no pagarías esa cantidad por ser el primer libro de un autor desconocido, pero cuya cualidad de detentar, al adquirirlo, como propiedad digital única y la posibilidad de interoperarlo como un activo en múltiples plataformas, lo valúa en ese precio ante el mundo de la tecnología del blockchain.
Hoy por hoy, poesía y cripto son dos mundos totalmente separados y desconocidos
Lo mismo que ir a la librería por un ejemplar, pero más complejo de entender, porque esto de las criptomonedas es relativamente nuevo. Jorge Dot lo explica de la siguiente manera: “Hoy por hoy, poesía y cripto son dos mundos totalmente separados y desconocidos el uno del otro. La poesía, en formato de libro tradicional, está circunscrita a pocas editoriales y a pocos lectores, salvo todas aquellas ediciones académicas que se venden a estudiantes universitarios o de bachillerato porque son obras de obligada lectura”.
“La tokenización”, continúa, “para el mundo actual de la poesía, es algo novedoso si hablamos del formato de libro. Creo sinceramente que el futuro será muy diferente. Las redes sociales están siendo un altavoz muy importante para nuevos poetas y para multitud de personas que se expresan con poesía y que antes no lo hacían de forma pública en modo alguno. Aparecen así multitud de expresiones poéticas en las redes y la poesía se hace de esta forma más popular. En estas redes sociales están volcados muchos nuevos poetas. Por otra parte, la digitalización de contenidos hace que la difusión de la poesía sea mucho más fácil en los nuevos formatos digitales. Todo esto no se enfrenta al libro físico, sino que lo complementa”, comenta el autor.
Esa última afirmación nos recuerda el hecho incontrovertible de que la lectura es la única experiencia posible de la poesía, más allá del formato en que se presente (un distractor), y que la poesía abre cauces en cualquiera de las plataformas posibles, siempre y cuando sea buena literatura. Yo solo pregunto: ¿en verdad esa cualidad de NFT agrega valor intrínseco a la poesía de Jorge Dot ahí contenida? Por favor, si adquieres el libro, relátanos tu experiencia. _
Porfirio Hernández
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