A propósito, esta entrega tiene un título de noticia: es la manera idónea para referirme al escritor mexiquense José Luis Herrera Arciniega (1962), quien ha cultivado la narrativa desde la literatura y el periodismo, dos pasiones profesionales sobre las que ha fundado su obra, que ya suma más de 30 títulos, entre cuentos, crónicas, novelas y ensayos.
Es un autor a quien no puedo evitar referirme con afecto y admiración, porque es para mí un maestro de la literatura y de la vida, si he de recordar aquel taller de lectura que impartió en la Preparatoria 3 “Cuauhtémoc” de la Uaeméx, en julio de 1983, en el que tomé la decisión de estudiar literatura, por la materia misma de ese taller, desde luego, pero también porque José Luis me inspiró a ser lector como él lo era: informado, crítico y un convencido del poder transformador de la narrativa.
Ese año ganó él la primera beca del Centro Toluqueño de Escritores, lo que dio lugar a su libro de ensayos “Con diez años de menos” (1984), su primer libro. Cuatro décadas han pasado desde entonces, y su manera de escribir se ha mantenido fiel a un estilo propio, fácilmente reconocible porque tiene rasgos autobiográficos, alusiones al presente de la realidad, rápidos trazos de situaciones comunes y una clara oralidad que dotan a su obra de una gran cercanía y frescura. Es un escritor intencionadamente coloquial, de relatos lineales y frases sencillas, sobre los temas de la cotidianeidad.
Su mirada crítica es otro rasgo elogiable de su obra. Gran parte de sus afanes analíticos se han dedicado a examinar la evolución de la literatura mexiquense; el contacto que ha mantenido con autores(as) y la lectura profunda de esa obra le dotan de las luces con que nos hace ver las cualidades del sistema literario de nuestro entorno y aportar las claves para entender las fases de su desarrollo. Esa es para mí su contribución mayor: gracias a sus agudas observaciones de la realidad literaria podemos ver las dimensiones objetivas de la literatura local.
Sus méritos literarios son múltiples, y a ellos se suman los de ser un profesor que contagia el amor por la literatura y el lenguaje, amén de sus experiencias como editor y columnista periodístico, que le valió obtener la presea Estado de México “José María Cos” en el año 2001.
El homenaje que se le dará en el marco de la Feria Internacional del Libro (Filem) el próximo sábado 12 de octubre de este año, es sin duda merecido, porque sostiene una obra literaria reveladora de nuestra idiosincrasia y por su valor artístico, por ser ejemplo de congruencia entre su convicción crítica y el ejercicio literario de un escritor prolífico entregado a su oficio, en el que, dice él, “uno apenas empieza”. Enhorabuena, José Luis Herrera Arciniega.