Vindicación, a seis años

Ciudad de México /

Hoy se cumplen seis años del fallecimiento del artista mexiquense Carlos Olvera Avelar (1940-2013), de quien ya hemos hablado en este espacio. En ocasión de semejante aniversario, sus amigos y admiradores nos reunimos el pasado fin de semana en el Centro Cultural Toluca, en la capital del Estado de México, para rendirle un homenaje celebratorio de su vida y su legado.
Presentamos el libro “El vuelo de la hilacha”, libro editado a finales de 2018 por el Fondo Editorial del Estado de México, cuya manufactura y contexto histórico, correspondiente a la época de Antonio López de Santa Anna, se encargó de describir Gabriel Escobar Ceballos, con referencias a su cercanía con Carlos Olvera. A ello siguió un recital del ensamble Ditirambo, cuyos integrantes alternaron la lectura de extractos del libro con sones, polcas y valses del temprano siglo XIX, un repertorio elegido por Yurev Vivero, su director, para darnos el contexto musical de esa época.
El acto de homenaje remató con una degustación de bocadillos hechos con ingredientes y recetas de la época, a cargo de la chef Érika Vázquez, quien se basó en las preparaciones consignadas en el libro de Carlos Olvera. Los asistentes tuvieron, pues, la oportunidad de leer, escuchar y degustar los temas culinarios del siglo XIX, de ahí que haya resultado una experiencia integral, que mucho dio a la conversación y la remembranza.
El sexto homenaje que se organizó para recordar al maestro Carlos Olvera vio a revelar esa gran obra que, quizás, sea la más depurada y ambiciosa, literaria mente hablando, de cuantas escribió el autor. Le llevó investigarla y hacerla más de veinte años, para verla terminada, y en reposo. Era común que el maestro dejara reposar sus trabajos literarios, esperando leerlos de nuevo con otros ojos, los de la experiencia.
Eso rezume “El vuelo de la hilacha”, conjunto de estampas que describen a Antonio López de Santa Anna y su relación con la comida, volumen que primero llevó por título “La ronda del Jalapeño” y luego “Tanta vida yo te di”, pero que encontró en el dicho “Darle vuelo a la hilacha” la justa enunciación de su humor fino, de su crítica mordaz al personaje, basado en un retrato rápido, de apuntamientos certeros de Santa Anna.
Este homenaje del sábado reciente es la continuación de la empresa mayor de difundir la obra inédita de Carlos Olvera, de buscar nuevos lectores y, sobre todo, de justipreciar sus aportaciones a la cultura del Estado de México. Una empresa que seguirá ampliándose cada vez más.

  • Porfirio Hernández
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