La amenaza de Trump de atacar Venezuela eleva la tensión no solo en la región del continente, sería un ataque más de las que Estados Unidos ha hecho a países a los que arbitraria y unilateralmente califica de amenaza o de narcotráfico o falta de democracia para intervenir militarmente asesinando personas inocentes, derrocando al gobierno e imponiendo un régimen a modo, sometido política y económicamente como lo ha hecho históricamente con el objetivo real de quedarse con las riquezas del país que se le plazca.
A Estados Unidos realmente no le interesa que haya democracia en Venezuela, lo que le interesa es el petróleo de ese país que tiene las reservas más grandes del mundo, para ello necesita quitarse al actual régimen cueste lo que cueste, así tenga que emprender una acción bélica para deponer a Nicolas Maduro para luego imponer a un mandatario que literalmente obedezca las ordenes desde Washington, apoderándose de los recursos naturales mediante saqueos.
No hay autoridad que ponga orden frente a los abusos, sin embargo, la potencias económicas y militares de China y Rusia son aliados de Venezuela, lo cual genera una tensión porque esa eventual invasión podría escalar a otros niveles de confrontación entre potencias a las que no es fácil enfrentar, el conflicto escalaría a los titanes militares más poderosos del mundo.
Es muy burda la actuación del gobierno estadounidense, acusa sin pruebas a un presidente de otra nación de narcotráfico, describe que en Venezuela se vive una crisis social, política y económica y para los gringos es necesario la intervención militar, las provocaciones están de sobra, han atacado embarcaciones y ejecutado tripulantes acusándolos de narcotráfico que ante los ojos del mundo hay serias dudas de que realmente sea así, recientemente se adjudicaron un ferro tanque con millones de litros de petróleo y asumiéndose la autoridad y policía de todas las naciones del continente.
Al interior de Estados Unidos hay cada vez más un creciente reclamo social principalmente contra la política migratoria considerándose que hay otros frentes de polarización, por un lado, están emprendiendo acciones de deportaciones masivas lo cual es el estatus previo a un estallido social que el gobierno de Trump se asume estar preparado para ahí si reprimir a un sector de la población que tienen más conciencia y exige la no intervención.
Es muy fácil descalificar desde Estados Unidos al presidente de Venezuela incluso al de Cuba para justificar una invasión a esos dos países, el bloqueo económico es el mecanismo más moderno y al mismo tiempo inhumano para generar pobreza y desigualdad social en cualquier país que se lo apliquen.
Estados Unidos no plantea un debate ideológico sobre las posturas políticas, dentro de su plan de acción es incidir economía y de quienes no coinciden con sus propuestas, con manotazos en la mesa asumen que las naciones se deben de someter a sus intereses y con ello entregar sus recursos naturales, no hay diplomacia, ni diálogo; simplemente el autoritarismo ejercido desde Washington para pasar por encima a quien sea necesario porque se asumen dueños del mundo, a pesar de este burdo comportamiento que ante los ojos del mundo es un abuso, no es civilizado y aun así hay personas de diferentes países que les aplauden y respaldan, obviamente la derecha fanatizada carente de conocimientos.