Estamos cerrando el 2025, donde la segunda quincena de diciembre es prácticamente festiva y especialmente el día 12, porque la creencia católica festeja a la Morenita del Tepeyac, la Virgen de Guadalupe.
No es excepción que esta veneración se encuentre presente en la charrería, ya que en todos los lienzos charros ha sido un símbolo de fe, devoción, homenaje, admiración y respeto, ofrendándola permanentemente por su significado religioso que ha dado pie a múltiples festejos en su honor, desde los tiempos de la colonia, hasta que en 1962 se instituyó oficialmente el Torneo Trofeo Guadalupano, gracias a la iniciativa del Charro y Reverendo Jesús Barajas de León, para la Agrupación de Charros Regionales de la Villa, de la Ciudad de México, que sigue vigente año con año y que como máxima presea se otorga el Trofeo Guadalupano, que es representado por un charro arrodillado y descubierto ante la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Por lo tanto, lo que resta del año continuarán los festejos de eventos particulares, ya que la Charrería Federada iniciará sus actividades a partir de febrero con los Campeonatos Estatales, con el único fin de calificarse para el Campeonato Nacional Charro 2026.
Así se cierra este año con un saldo rojo, y no precisamente en lo que corresponde a lo económico, si no en credibilidad y confianza hacia el actual Consejo Directivo, que encabeza Salvador Barajas del Toro, como Presidente de la Federación Mexicana de Charrería (FMCH).
Como diría el clásico, fuera máscaras, porque lo que antes era escandaloso, hoy se acepta con total indiferencia, como lo está haciendo la notoria falta de compromiso de los dirigentes en turno y más que nada, la falta de respeto a la institución por parte de todo el Consejo Directivo, quienes juraron proteger y defender a nuestro deporte nacional, pero se muestran omisos, ausentes e indiferentes, negándose a informar los resultados de la auditoría externa, presentación que estatutariamente es obligatoria, para dar a conocer cómo recibieron la institución y bajo qué condiciones, situación que los hace cómplices de la mala administración de la gestión anterior (2020-2024).
Como siempre, la realidad nunca perdona y la está viviendo la Charrería Federada con una desconfianza plena, que se muestra ampliamente a través de las redes sociales, situación que en gran parte fue motivada por imponer, de forma por demás abusiva, nuevamente a San Luis Potosí como sede del próximo Campeonato Nacional Charro 2026, siendo sin duda, el reflejo fiel de una falta de trabajo, de compromiso, pero sobre todo, de respeto de los dirigentes en turno, pero bueno, así se está cerrando este 2025.
En otros asuntos, aprovecho este espacio para desearles a todos mis lectores, seguidores, familiares y amigos unas felices fiestas decembrinas, decretando que el próximo año sea mucho mejor que esté, lleno de metas, logros y bendiciones, enviándoles un fuerte abrazo y los mejores deseos para cada uno de ustedes. Si Dios quiere, ¡Nos vemos en enero!