Umbral, La iglesia en manos de Lutero

Ciudad de México /

Ahora resulta que quienes legítimamente aspiran a obtener un apoyo, para desarrollar sus proyectos culturales eludiendo el amañado sistema, ejercido desde siempre por el FECA por sus siglas, y sus secuaces, que no es otra cosa que un esquema de simulación y alcahuetería, ejercido desde el edificio Arróniz en donde despacha, quien a su vez recibe línea. Reparto de cuotas.

No sé a ciencia cierta, si con el contubernio, la buena fe, o de plano la indiferencia de FONCA, y la dirección de vinculación, de la que forma parte desde siempre el veterano Alfonso Gutiérrez Barba, fisonómicamente cada vez más parecido al “mariachologo” Cornelio García. El caso es que la tan cacareada 4T en cuestión de recursos para favorecer a creadores jaliscienses, genuinos simpatizantes del cambio, no ha funcionado.

Siguen siendo ganones, los mismos, contraviniendo los designios del jefe supremo del país en sus diarias mañaneras, es decir; evitar el flujo de recursos a través de intermediarios, lo que significa que se alimenta con presupuesto federal a los incondicionales de un régimen que ha mostrado en Jalisco, su ineficiencia, Ignorancia e inoperancia en asuntos culturales. La iglesia en manos de Lutero.

“Tanto peca el que mata la vaca, como el que le detiene la pata”.

Los fondos deben de llegar de manera directa y trasparente, los empleados, que hacen de dictaminadores, [Incluidos los dinosaurios]; son desde siempre comparsa.

Miembros de un sistema caduco de evidente sumisión. Especialistas, eruditos. ¿Y a ellos quién los dictamina?

Para los que ya estamos más allá del bien y del mal, no nos queda más que contemplar, el ir y venir de las licitaciones a modo, ¿Para qué quieres un apoyo si ya no lo necesitas?

Y existen muchos más que no lo requieren, pero se les otorga, simple deducción. Lángaros. Pujando por migajas.

Dinero que se otorga, aunque jamás se vean los resultados. Ni se rindan cuentas.

No al amiguismo, no al compadrazgo, no al nepotismo, no a la simulación, aunque en el marco de esas licitaciones, no existe un esquema legal que dignifique esos abusos y tropelías cometidos por funcionarios menores adscritos a SC.

Por cierto, la renuncia de Giovana Gaspersen, secretaria de cultura del gobierno de Jalisco, no soluciona de facto nada esta situación.

El problema es de mayor fondo, la funcionaria en cuestión fue solamente la punta del iceberg, quien daba la cara mediáticamente, ya que al igual que en anteriores sexenios, las puertas de su oficina se encontraron cerradas para quienes no eran de su beneplácito.

La corrupción y el amiguismo se encuentra en todas las esferas del poder cultural local, y será difícil erradicarla, mientras se sigan alimentando desde la capital de la república, políticas erróneas en la adjudicación de los recursos. Y acá se anuncia el recorte de presupuesto y quien debiera apelar a tal decisión no dice nada, mientras no se afecte el gasto corriente y los privilegios.

  • Ramón Macías Mora
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