No hay nada más preocupante que tener en México 17 de las 50 ciudades más violentas del mundo. De estas 17 ciudades mexicanas, nueve son las más violentas del mundo, por arriba de las ciudades de New Orleans en EU, Mossoro en Brasil, Cape Town de Sudáfrica, que sobrepasan por mucho el promedio de los 52 homicidios por cada 100 mil habitantes de las ciudades más violentas.
Colima, conformada por los municipios de Villa de Álvarez y Colima, destacó por ser la más peligrosa del mundo en el 2022, con 181 asesinatos por cada 100 mil habitantes; le siguió Zamora con 177; Ciudad Obregón, con 138; Zacatecas, con 134; Tijuana, 105, Celaya, 99; Uruapan, con 78; Ciudad Juárez, 67; Acapulco, con 65; Irapuato, con 61, sin considerar a las ciudades de Guaymas y Fresnillo que tienen altos niveles de homicidios, 158 y 140 respectivamente por cada 100 mil habitantes, pero que no están consideradas en el ranking por ser zonas metropolitanas de menos de 300 mil habitantes, de acuerdo con el reporte del organismo Seguridad, Justicia y Paz, (https://geoenlace.net/seguridadjusticiaypaz/webpage/index.php) que con datos oficiales viene analizando y publicando desde hace 14 años.
Los datos contrastan dramáticamente con el dicho de las mañaneras de que “vamos bien”. Sin duda este sexenio de López Obrador será el más sangriento, ya que en los 51 meses que lleva su gobierno ya suman más de 147 mil los asesinados en el país.
Esta desgracia la venimos arrastrando desde hace 30 años, con autoridades corruptas o incapaces que simulan combatir a los narcos y criminales, como fue el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo o el mismo Genaro García Luna, o el caso del general Cienfuegos, “rescatado” de un proceso en EU por el actual gobierno, sin que se le siguiera un juicio en México como se ofreció.
No debería haber otra prioridad en el gobierno que atender la demanda de seguridad y garantizar la paz en el país. Seguir echándole la culpa al pasado tampoco resolverá el grave problema de seguridad. La corrupción de los gobiernos de antes y la estrategia fallida del actual con su política de “abrazos no balazos“, solo ha traído más violencia que les ha permitido a los delincuentes empoderarse y apoderarse de muchas zonas del país, actuando impunemente y sin temor.
Raúl Frías Lucio