Que difícil ha sido el inicio del sexenio de Claudia Sheinbaum Pardo. Apenas lleva 24 días y la violencia arrecia en el país, volvimos a las cifras de más de 84 homicidios en promedio al día.
En Chiapas no hay gobierno, los grupos criminales se mueven a sus anchas. Los hechos ocurridos en esa entidad en los últimos meses lo comprueban, como el asesinato atroz del sacerdote Marcelo Pérez en San Cristóbal de las Casas, que Tapachula sea hoy la ciudad más insegura del país por arriba de Fresnillo, el temor entre los pobladores de los altos de Chiapas que huyen a Guatemala en busca de protección ante la embestida criminal; es la realidad dramática de ese gran estado del sureste del país.
En Sinaloa se vive un infierno desde hace 40 días con la guerra entre chapitos y los mayos. Más de 262 homicidios, 300 desaparecidos, 392 autos robados; solo en Culiacán 300 comercios han cerrado sus puertas ante la violencia y las pérdidas alcanzan miles de millones. A partir de las 8 de la noche es una ciudad fantasma. Y el gobernador Rubén Rocha Moya cada día más atorado entre sus mentiras y relaciones inconfesables.
Mientras, en las nuevas mañaneras, la presidenta minimiza lo ocurrido y pide mirar a Guanajuato, donde las cosas están peor, al ser el estado con más homicidios del país.
En Guerrero, los criminales provocaron terror al decapitar al alcalde de la capital Chilpancingo, y exhibir su cabeza como reto al gobierno estatal y federal. Algo así como “Para que quede claro, quien manda”.
Las masacres no paran en varias ciudades del país. Y ahora los homicidios se extienden a Monterrey y a la CDMX, donde se han registrado asesinatos violentos. Ante el dramático escenario, la Presidenta ha pedido 100 días para establecer la nueva estrategia de seguridad, basada en cuatro ejes: atacar las causas, consolidar la Guardia Nacional, establecer coordinación entre la federación y autoridades estatales municipales y el uso de inteligencia. Claudia Sheinbaum, recibió un tiradero. Urge la inteligencia ofrecida por Omar García Harfuch.