El jueves pasado, Ted Sarandos, co-CEO de Netflix, anunció que la empresa que dirige invertirá mil millones de dólares en México durante los próximos cuatro años. Estos recursos servirán para producir decenas de series y películas.
Es una cifra muy significativa, sí. Sin embargo, la realidad es que Netflix tiene ya varios años invirtiendo muchísimo dinero en la industria del cine en este país. En 2015 debutaron con Club de Cuervos, que no solo fue la primera serie que hicieron aquí, sino también fue la primera producción que la empresa hacía fuera de Estados Unidos. A partir de ese momento no han parado: aunque nunca han detallado cuánto invierten en México, es evidente que cada año destinan muchos millones de dólares a las producciones que hacen aquí.
Considerando esto, el hecho de que Sarandos haya viajado a México para hacer este anuncio —y que lo hiciera junto a la presidenta Sheinbaum durante la mañanera del jueves— nos lleva a pensar que la empresa entiende el valor simbólico que implica darle a nuestro país un ‘espaldarazo’ de este tamaño, en este momento.
En esta columna escribimos hace algunas semanas que, ante las incesantes amenazas de Trump, en algún momento podrían surgir CEO y empresarios de Estados Unidos a cuestionar las posibles políticas arancelarias o a defender los intereses de sus negocios en México. Esto ya comenzó a pasar (lo vimos primero con el CEO de Ford, hace algunos días).
Lo que hizo Sarandos no es exactamente eso, pero es también muy valioso. Netflix es una de las empresas referente en la economía moderna: es un gigante de 450 mil millones de dólares que tiene una capacidad de influencia inigualable. Su trabajo logra incluso un impacto cultural a nivel global.
En un momento en el que el presidente Trump quiere ‘castigar’ a quienes producen en otros países —e individualiza especialmente a quienes eligen a México para ello— la cabeza de Netflix viene, se para al lado de la presidenta y dice que va a producir más y más en este país.
Importante destacar que la industria de la producción cinematográfica en México tiene ahora un extraordinario nivel de demanda. Sí, Netflix habrá sido quien detonó la era actual —y evidentemente también quien más dinero destina a ello. Pero hoy ya no es la única empresa buscando aquí series y películas originales: las principales plataformas de streaming han elegido también a México como una sede estratégica de desarrollo de contenido. A todos les funciona hacer aquí sus series.
A nivel internacional, México ha logrado posicionarse como uno de los mejores países para fabricar cosas. Nadie duda de la capacidad que hay en este país para operar plantas eficientemente e incluso para manufacturar productos complejos. El problema es que esa capacidad no es una de las más valiosas del mundo. Es valiosa, sí. Es importante. Pero no es de las que tienen mejores márgenes.
Las industrias que tienen mejores márgenes —las que más valor generan— son las que tienen que ver con innovación y con creatividad. Desarrollar contenido original para las plataformas de streaming es un ejercicio de creatividad. Es un trabajo de impacto cultural y es, por tanto, una industria de mayor valor. Esto es importante para México, y es por eso que los mil millones de dólares de Netflix valen más que lo que la cifra por sí sola implica.
PD. Entrevisté a Ted Sarandos en su viaje a México y me impresionó la pasión que tiene por las producciones mexicanas (y por el potencial de negocio que tiene aquí su empresa). Una persona muy, muy interesante.