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Otra vez: Sofomes en las que los “inversionistas” podrían perder todo

Ciudad de México /

De acuerdo con datos de Condusef, en diciembre de 2015, Trinitas tenía una cartera de 223 millones de pesos, de los cuales poco menos de 20 millones —algo así como el 8 por ciento— estaban catalogados como cartera vencida.

A lo largo de los siguientes 10 años, la Sofom de Monterrey creció y creció: para junio de este año, la cartera total superaba los mil millones de pesos y, según datos oficiales, la cartera vencida estaba en 7.5 por ciento —ligeramente mejor que en 2015.

Fundada en 2010, Trinitas se especializó en créditos productivos para negocios y pequeñas empresas; en su página hablan de créditos simples y revolventes a partir de 200 mil pesos, de factoraje, e incluso de algunos productos financieros para personas. Como suele ser el caso de muchas Sofomes, para financiar estos préstamos Trinitas contaba con el respaldo de cientos de “inversionistas”, quienes por años le inyectaron millones y millones, a cambio de recibir un retorno que pudo haber sido hasta de 19 por ciento en 2024.

Como ya se está volviendo una costumbre —particularmente en Monterrey— en diversos medios han aparecido notas en las que los “inversionistas” acusan a Trinitas de haberlos defraudado. El rumor de que la Sofom no les estaba cumpliendo viene desde hace varios meses, y en semanas pasadas algunas personas publicaron videos sobre esto en TikTok.

Tristemente, es una historia que se repite y se repite. Miles de personas han perdido todo lo que habían “invertido”; en muchos casos, puede ser todo lo que habían ahorrado a lo largo de su vida.

En este país hay un enorme mercado para las Sofomes. Para muchísimas empresas y personas, las Sofomes son la única forma en la que pueden obtener algún tipo de crédito. Éstas requieren, por lo tanto, dinero para prestar. Y salvo los casos de las Sofomes que son lo suficientemente grandes e institucionales como para colocar deuda pública —que ojo, éstas también se han metido en problemas— la gran mayoría tienen que recurrir a “inversionistas” individuales que les confíen sus ahorros. A cambio, les pagan mejores retornos que lo que pueden conseguir en cualquier otro lado.

Pero claro, lo que la historia reciente demuestra es que el nivel de riesgo es tremendo. Quienes están comprando criptomonedas saben que éstas pueden desplomarse de un momento a otro. Quienes invierten en startups saben que hay muy altas probabilidades de perderlo todo.

En el caso de las Sofomes, los “inversionistas” suelen recibir los rendimientos por mucho tiempo. Trinitas tiene 15 años; a lo largo de ese tiempo, sus “inversionistas” cobraron también muchísimos intereses. Todo pintaba bien.

Al final, al parecer no todo estaba bien.

Los negocios financieros, y sobre todo aquellos que dependen de prestarle a quienes los bancos decidieron no hacerlo, suelen ser muy frágiles. Para sus “inversionistas”, pueden ser una alternativa muy rentable. Pero no nos engañemos: la gran mayoría de este tipo de organizaciones representan también un alto nivel de riesgo. Aquí tenemos un ejemplo más.


  • René Lankenau
  • Fundador de Whitepaper
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