Las Instituciones de Tecnología Financiera (ITF) o Fintech son el claro ejemplo de viabilidad en el aprovechamiento del Blockchain o cadena de bloques. Ese mecanismo virtual que permite garantizar condiciones de seguridad de información como la inalterabilidad, la transparencia y rendición de cuentas. Su aprovechamiento ha motivado iniciativas como una reforma a la Ley para Regular las IFT, que aborda facultades para emitir regulación, criterios para la seguridad de la información, protección de datos personales e información transaccional. Con ella se busca contener el riesgo de actividades criminales con recursos de procedencia ilícita, además de garantizar honestidad y rendición de cuentas a los destinatarios de esos servicios.
A pesar del objetivo de regular Blockchain en las Fintech, parecería que México no deja de verse tecnológicamente chiquito. Y como la evidencia hace la diferencia, bastará con ver el ejemplo de Nigeria, un país que tiene casi el doble de la población mexicana, pero menos de la mitad de su territorio. Que, además, comparte retos como desigualdad y deficiencias en servicios básicos como salud, justicia, educación, o problemas muy acentuados como violencia, desconfianza institucional y corrupción.
Hace un par de semanas, el país africano lanzó un programa con el cual se capacitará anualmente a mil jóvenes en Inteligencia Artificial (IA) y Blockchain ¿Qué? ¿por qué? ¿por qué no mejor darles una beca y esperar a que la pasividad y analfabetismo tecnológicos e innovación sean subsanados con becas a todo mundo? La razón es muy sencilla: si se quiere crecer, se tiene que invertir; si se quiere que la gente crezca, se tiene que invertir en la gente y regalar dinero no es una inversión. El objetivo nigeriano es ponerse a la par de otras economías más desarrolladas y tiene claro que la innovación es el camino para lograrlo. Lo hará de la mano de una iniciativa privada interesada en esa agenda. Algunas de las áreas estratégicas que abordarán son la IA, Blockchain, transporte y manufactura. Además, está en proceso de revisión de su estrategia Nacional de Blockchain que aborda la implementación de soluciones tecnológicas en servicios gubernamentales y marco regulatorio, para garantizar rendición de cuentas, transparencia y manejo de información. Por poner tan solo un ejemplo ¿cómo le vendría a México la propuesta nigeriana de usar Blockchain en sus registros públicos de la propiedad para brindar mejores servicios y de paso atender los retos de corrupción, burocracia, desconfianza, transparencia y rendición de cuentas?
Claro, nadie dice que es fácil. Lo interesante aquí es que los nigerianos están viendo el bosque tecnológico y no un árbol. Es una propuesta racional que no asume que la gente estará ociosa ante el desplazamiento laboral tecnológico, sino que entiende la necesidad de vincular a su población en un ambiente tecnológico nuevo. Si mejora la gente, mejora su país.