El regreso al país del general Salvador Cienfuegos exhibió el tamaño de la desconfianza que existe entre los gobiernos de Estados Unidos y México.
Esta fractura trasciende la relación entre los presidentes. El divorcio es estructural y ha sido alimentado por una historia tan fallida como reiterada en la cooperación contra el crimen trasnacional.
El gobierno mexicano reclamó al vecino por no haber informado de la investigación que hizo la DEA a propósito de las actividades del general y, peor aún, por desconocer las acusaciones que llevaron a su detención.
Cabe inferir que el gobierno de Estados Unidos no informó del hecho porque sabía, como sucedió, que el proceso judicial enderezado contra Cienfuegos naufragaría en cuanto el gobierno mexicano se enterara.
Tuvo la cancillería mexicana que amenazar con cerrar la puerta a la DEA para que los términos de la conversación se modificaran.
Si la desconfianza entre las instituciones es tan grande que los homólogos de ambos países no son capaces de conversar sobre la persecución de un personaje políticamente relevante, cabe temer que en ningún otro tema podría haber acuerdo.
Palabras más, palabras menos, esto fue lo que el canciller Marcelo Ebrard le dijo a William Barr, fiscal general de Estados Unidos.
La negociación fue entre gente adulta que se hace cargo de un tema muy complejo. No puede obviarse que la élite militar mexicana, como un solo cuerpo, se asumió agraviada por las implicaciones que habría tenido que uno de los suyos fuese juzgado por una autoridad extranjera.
Al final, el gobierno de Estados Unidos convenció al fiscal Seth DuCharme para que retirase los cargos a cambio de que el gobierno mexicano judicialice el proceso iniciado en Nueva York.
Ahora la responsabilidad de hallar la confianza extraviada recae, prácticamente por entero, en el fiscal mexicano, Alejandro Gertz Manero.
Si la FGR desestima, sin investigar el expediente formulado contra Cienfuegos, el escenario para el futuro de la política criminal bilateral sería desastroso.
Zoom: Sin cooperación entre México y Estados Unidos, las mafias continuarán ganando en todos los frentes y en todas las ocasiones.
@ricardomraphael