“Estamos ante una verdadera extorsión mediática criminal”, afirmó Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la nación, el día de ayer en entrevista radiofónica con el periodista Ciro Gómez Leyva.
“(Quieren) linchar al fiscal porque está atentando contra intereses espurios de grupos a los que estamos investigando (…) Han encontrado la forma de hacer una estructura de fuerza y eso es una extorsión clarísima”, insistió.
Es decir, que lo de menos es la situación por la que atraviesan Laura Morán Servín y Alejandra Cuevas Morán, denunciadas arbitrariamente de homicidio por el fiscal general. Lo único relevante es que haya grupos dedicados a un linchamiento de Gertz, ahora reencarnado en víctima.
Analistas, la mayoría también varones, se han atrevido a decir que para comprender realmente este asunto hay que seguir el pleito entre dos titanes: Julio Scherer Ibarra, ex consejero jurídico de la Presidencia, y Alejandro Gertz Manero.
¡Mejor estampa sobre el patriarcado, justo un día después del Día Internacional de la Mujer, no podía haber!
Los casos de Laura y Alejandra terminaron como arma arrojadiza entre hombres poderosos; mero instrumento de un pleito que aplasta sus derechos y la tortura que ha significado para ellas, mujeres adultas mayores de 94 y 68 años, el que se les esté procesando por un asesinato que no cometieron.
Gertz y sus adversarios, todos hombres, quieren los asientos estelares. Él, que tiene encerrada a Alejandra Cuevas desde hace más de 500 días, y los otros que, utilizando la tragedia de esa mujer y su madre, presuntamente han montado una guerra mediática “criminal”.
“La pendeja esa que está en la cárcel”, como el fiscal la llamó, nuevamente desechada, a la vez, por una hipotética extorsión y por el teatral sufrimiento del perpetrador. En cambio, se vuelven invisibles la prisión arbitraria de Alejandra y el dolor que le causa a ella estarse perdiendo de los últimos momentos de vida de su madre; así como cuánto ha tenido que soportar Laura, a sus 94 años, por haber sido acusada públicamente de matar al hombre del que vivió enamorada por 50 años.
Zoom: ¿cómo se llamó por enésima vez esta farsa? Patriarcado, así se nombra y está más vigente que nunca.
Ricardo Raphael
@ricardomraphael