La renuncia a hacer política

Ciudad de México /

Fue jodidamente infame el asesinato ayer del candidato a presidente municipal de Coyuca de Benítez, José Alfredo Cabrera Barrientos.

Es evidente el intento de la maña por descarrilar la vida democrática del país. Según la empresa consultora Integralia, durante el proceso electoral van ochocientas víctimas.

No hay cómo separar este nivel desbordado de violencia de la fractura irreconciliable entre las facciones que disputan las urnas.

El punto que conecta estos dos hechos es la renuncia para hacer política. La ambición desmedida por ganar el poder tiene descompuestos los mecanismos del diálogo, el acuerdo y el compromiso.

El discurso de la aniquilación del otro es el común denominador.

Estamos ante el peor de los escenarios. La pugna feroz por controlar el Estado ha neutralizado la capacidad de sus instituciones para pacificar el país.

No existe siquiera disposición para ponerle un alto a los enemigos de la sociedad.

Este es el México que va a heredar la persona que gane la Presidencia el próximo domingo.

Un país que no solo está dividido, sino que con su mezquina fragmentación le ha entregado buena parte del territorio al crimen más descarnado.

Cabrera Barrientos estaba a punto de subir al templete para dar su discurso de cierre de campaña cuando un sujeto empuñó una pistola y le pegó dos tiros en la cabeza.

La estampa fija en ese solo acto una realidad incontrovertible.

El asesino murió inmediatamente después, cuando los agentes de la Guardia Nacional —que debían proteger la vida del candidato— ultimaron al tirador.

La democracia mexicana está amenazada porque en vez de hacer política, sus responsables han atizado la violencia.

Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum tuvieron que esperar hasta el último día de sus respectivas campañas para ofrecerle al país un compromiso reconciliador.

La tardanza hace poner en duda la sinceridad de ambas y, sin embargo, quien gane tendrá que tomarse en serio ese compromiso.

El desprecio entre quien vaya a hacer gobierno y quien lidere a la oposición debe terminar de una vez por todas.

De lo contrario, unas y otros seguirán siendo cómplices en el escalamiento de la tragedia.

Zoom: La democracia no se resuelve en los votos, sino en lo que va a ocurrir al día siguiente de las elecciones.


  • Ricardo Raphael
  • Es columnista en el Milenio Diario, y otros medios nacionales e internacionales, Es autor, entre otros textos, de la novela Hijo de la Guerra, de los ensayos La institución ciudadana y Mirreynato, de la biografía periodística Los Socios de Elba Esther, de la crónica de viaje El Otro México y del manual de investigación Periodismo Urgente. / Escribe todos los lunes, jueves y sábado su columna Política zoom
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