Marko Cortés se ha convertido en una carga política grande para su partido y para la coalición encabezada por Xóchitl Gálvez.
No puede continuar liderando al PAN después de exhibirse orgullosamente corrupto. La publicación en sus redes del acuerdo al que habría llegado con el actual gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, le mostró tal cual es: hampón y estúpido.
El sábado, el Consejo Estatal del PAN en Coahuila se encerró para hacer un balance de las consecuencias que ese partido ha debido enfrentar por la monumental tontería de su dirigente nacional.
Después de más de diez horas concluyeron exigiendo que Cortés entregue su renuncia al CEN panista y también que no sea candidato a senador para las próximas elecciones.
Un dato importante, dado a conocer durante esta reunión, es que la dirigencia estatal afirma no haber tenido jamás noticia del acuerdo con Jiménez a propósito de las candidaturas federales para este año.
Si tal cosa es cierta, el comunicado publicado por Marko Cortés, el martes 9 de enero– donde menciona que el Consejo coahuilense del PAN reclamaba el cumplimiento del documento “maldito” – entraña una mentira más.
En ese mismo órgano local están furiosos porque, debido a la imbecilidad de Cortés, en 2024 les han dejado fuera de la coalición opositora, no solo para los cargos federales, sino también para los 38 ayuntamientos.
El exabrupto de Cortés ha implicado un costo tan alto que no puede transitar sin pagar consecuencias.
Falta poco para que la exigencia planteada desde Coahuila se extienda al resto del PAN y también entre los líderes y las candidaturas de la coalición opositora.
En entrevista con Joaquín López-Dóriga, Xóchitl Gálvez confesó la semana pasada su “encabronamiento”. Pues su enojo, sin otras implicaciones, sería considerado una irritación benévola y sobre todo cómplice.
Cortés no puede ser candidato al Congreso, tampoco debe participar en las negociaciones de cargos y recursos dentro de la coalición opositora porque, por decisión propia, se volvió un fusible fundido.
Si es capaz de establecer negociaciones a espaldas de los órganos partidarios, si tiene la desfachatez de extorsionar en ellas con pedimentos corruptos, si su limitación neuronal le lleva a publicitar tales acuerdos, la pregunta es obligada:
Zoom: ¿Quién quiere subirse a un carro cuyo conductor va ebrio como una cuba?