Probada complicidad militar en Ayotzinapa

Ciudad de México /

¿Fueron unas cuantas manzanas podridas o fue toda la institución? A nueve años de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, esta pregunta tiene enorme pertinencia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador insiste con que no se puede juzgar a toda una dependencia por los actos de un oficial. Cabría interrogarse de manera inversa: ¿pueden juzgarse los actos de un oficial cuando la institución está podrida?

El sábado pasado se publicó en el New York Times (NYT) una pieza de investigación que demostraría falsa la hipótesis de las pocas manzanas. Un texto firmado por los periodistas Natalie Kitroeff y Ronen Bergman confirma la magnitud de la complicidad que existía en septiembre de 2014 entre las organizaciones criminales y las fuerzas armadas.

La evidencia aportada son 23 mil mensajes de texto obtenidos originalmente por la DEA y ahora en manos del NYT. Se trata de intercepciones realizadas, antes y después de la desaparición de los estudiantes, sobre los dispositivos celulares de los líderes del grupo criminal Guerreros Unidos.

Esta misma información fue entregada el año pasado al gobierno mexicano. Sin embargo, únicamente se habían dado a conocer al público 12 o 13 mensajes pertenecientes al gran universo. El último informe del GIEI hace referencia precisa a este material.

Después de analizar estos mensajes Kitroeff y Bergman afirman que “prácticamente todo brazo del gobierno en el sur de México (Guerrero) había estado trabajando durante varios meses para el grupo criminal. Tal cosa puso en manos de los cárteles la maquinaria del Estado para eliminar cualquier obstáculo que pudiera interponerse en su camino”.

En concreto, las grabaciones confirmarían que la Sedena se puso del lado del grupo criminal que desapareció a los normalistas. Hay evidencia de que los militares estuvieron enterados en tiempo real tanto del secuestro como del paradero de los estudiantes, y no hicieron nada. Conocieron igualmente las coordenadas donde se hallaban los perpetradores y prefirieron callar.

Zoom: Para el caso Ayotzinapa es difícil saber cuál tiempo verbal es el adecuado. Algunos dicen que las fuerzas armadas ya no son cómplices de las organizaciones criminales con presencia en Guerrero. Sin embargo, hay evidencia actualizada que refuta esa mentira.

(Esto es lo que la DEA pretendería difundir y por eso habría filtrado los 23 mil mensajes).

  • Ricardo Raphael
  • Es columnista en el Milenio Diario, y otros medios nacionales e internacionales, Es autor, entre otros textos, de la novela Hijo de la Guerra, de los ensayos La institución ciudadana y Mirreynato, de la biografía periodística Los Socios de Elba Esther, de la crónica de viaje El Otro México y del manual de investigación Periodismo Urgente. / Escribe todos los lunes, jueves y sábado su columna Política zoom
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