‘Lady’ frijoles

Ciudad de México /

Mirian Zelaya, la migrante que saltó a la fama cuando despreció la comida que los albergues mexicanos le ofrecían en su camino al sueño americano, logró el ansiado asilo luego de alegarle a los gringos que, tras llamarle a nuestros celestiales frijoles comida para cerdos, en México su vida corría peligro. En espera de su juicio de asilo se hospedó en Dallas, en la casa de una tía, contra quien la semana pasada la emprendió junto a su hermana Mirna: asalto con arma letal, es el cargo que llevó a Zelaya a la cárcel en espera de su deportación. Lástima que nadie le advirtió que los frijoles son elemento prominente en los menús carcelarios.

La viñeta ha hecho las delicias de la agenda antimigrante en Estados Unidos, cayéndole como anillo al dedo a la campaña reeleccionista de Trump, quien, espetándole a México lo poco que hace por parar las caravanas de migrantes, amenazó hace días con cerrar la frontera. Nadie considera deseable liarse con semejante gorila a las patadas, pero, cuando menos, el canciller Ebrard respondió con un diplomático reclamo mientras que López Obrador se cuarteó de cabo a rabo afirmando que “Él (Trump) tiene una visión que respeto yo y que considero legítima”, compitiéndole a Peña Nieto y a Videgaray por el premio McLane-Ocampo.

Una de las razones de la opacidad alrededor de la reunión “amistosa” del 19 de marzo, organizada por Bernardo Gómez con el desconocimiento previo tanto de la cancillería como de la embajada mexicana en Washington, fue que ésta no fue tan amistosa: Jared Kushner, el yerno y visir extraoficial del presidente Trump, le vino a advertir a AMLO lo que vendría, y ni modo de consignar eso en las agendas oficiales. Es un hecho que el país más poderoso del mundo tiene hoy un gobierno oscurantista y errático que, en el futuro inmediato, pinta para ponerse mucho peor; por si fuera poco lo de las elecciones, viene la lucha por el T-MEC en el congreso, y si creían que el tema era asunto zanjado no van a reconocer al gólem que de allí va a salir. Nos guste o no, con Estados Unidos estamos irremediablemente conectados: además de compartir 3 mil 145 kilómetros de frontera, al 2016 las industrias mexicanas consumieron cerca de 140 mil millones de dólares en productos de origen gringo, mientras que las gringas consumieron 110 de origen mexicano.

Es descorazonador ver cómo, ante estas dificultades mayores, cuando necesitamos todos los aliados posibles, las prioridades internacionales de nuestro gobierno se limitan a un discurso arcaico, mezquino y provinciano, además de profundamente ignorante y que avergüenza el legado de amistad entre mexicanos y españoles: los agravios de la Conquista son muy ciertos, pero no solo no los sostiene el actual gobierno español, sino que ni siquiera los perpetraron quienes hoy radican en España sino los descendientes de quienes se quedaron a fundar, siglos después, este país llamado México, sin que por ese hecho haya mejorado ni un ápice el estado de nuestros pueblos originarios; vean si no lo decretado por la muy criolla transformación de cuarta para lo que queda de la selva Lacandona.

Que Coatlicue nos ampare.

@robertayque

  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Milenio (Milenio Monterrey y Milenio Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Milenio Diario con su columna Artículo mortis
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