Luz interior o siglos de continuas matanzas

  • Tren Misterioso
  • Roberto Carson

Monterrey, Nuevo León /

Al final, el hombre está a merced de sólo dos suertes cósmicas, o se llaman Luis Hernández y los apodan “El Matador” en cualquier lugar a donde lleguen o sufren de episodios espontáneos de parálisis de sueño.

En su momento cuando busqué en Internet alguna razón no católica de la segunda condición llegué a conocer a REM y las canciones que son panteones del MTV buena onda, después vi que no había nada más que hallar, pues hay como siempre un exceso de información no conclusiva.

Me ha pasado en cualquier momento: con descanso, fatigado, con mal de ojo, con fiebre, en martes o domingo, a veces dormido en la escuela o tapado en cobijas de la feria durante diciembre y termina más o menos bien. 

Incluso, entre más leía cuestiones científicas y anécdotas de otras personas que no les apodaron “Matador”, la siguiente experiencia tomaba más fuerza, como ir hacia atrás para tomar impulso.

Y así de repente te quedas inmóvil, con los ojos abiertos pero cerrados, pensando que no respiras o que se va a parar el corazón, o peor aún, que el tiempo es sólo una memoria y una mano peluda tiene tu cuello entre sus garras.

Conocer más no siempre es la solución, así como pasa ahora en los vertederos digitales de cualquier plataforma. Aún no se consumen las cinco veladoras por los millonarios implosionados cuando ya es momento de comprar otras e invertir una nueva plegaria.

Las redes sociales como depósitos de pruebas policiales, transmitiendo 24/7 sangre, vísceras, asesinatos y golpizas son la prueba de que David Cronenberg es más profeta que autor o los dos. Lo peor es que la tasa de violencia no disminuye porque este experimento es como la canción ‘Siglos de Continuas Matanzas’ de la banda Apocalipsis, o como decir, el impacto no previene, pero alienta.

¿De verdad ayuda conocer los materiales en cuestión de principio a fin? De cierta forma, pero las leyes que protegen identidades y presunciones de inocencia no apoyan la explotación de imagen o el acceso a materiales que también pueden observar menores de edad o personas con alteraciones psíquicas.

En Videodromo de Cronenberg, entre más tiempo se consumía la violencia contenida en el canal, mayor el tumor cerebral que brotaba, así ya encaminado a la muerte. 

Como aquella película de los Hermanos Coen, Sin lugar para los débiles, atrapar y entender la violencia o los actos violentos, siempre es difícil en el camino de las nuevas generaciones y las consecuencias, interminables, más aún cuando el ojo se morfea en respuesta de la sangre.

Cuando busqué negar ser habitable para el terror durante los episodios de parálisis del sueño, encontré que evitar el estrés era una alternativa, pero a veces simplemente no hay forma, sólo Luz Interior y por eso, aunque no me llame Luis Hernández, lo único que quiero es ser una hoja de árbol en un río de agua mineral Topo Chico.

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