Reforma Judicial: Qué pueden perder los negocios

Ciudad de México /

Muy al margen de las discusiones políticas y jurídicas sobre la Reforma Judicial, pocos hablan de los efectos negativos que en la práctica este tema traerá a la mesa de la justicia mexicana para los negocios en nuestro país.

Me refiero a todos aquellos sujetos mercantiles, individuos y corporaciones, que tienen y que tendrán que acudir a la justicia para que un tercero independiente, con autoridad suficiente, resuelva las disputas que naturalmente se generan diariamente en el.

Los tribunales federales son actualmente los más confiables del país por muchas razones. La primera de ellas es porque los tribunales locales en muchas ocasiones están influidos por poderes gubernamentales y fácticos, que literalmente los controlan. Segunda, porque digan lo que digan, durante muchos años, los órganos de justicia federal se han ido sofisticando y haciendo más institucionales, lo que ha hecho que los usuarios tengamos mucha más confianza en ellos. Tercera, porque actualmente existe un sistema de méritos que compromete a los juzgadores a estudiar y ser mejores en sus funciones, a través de un sistema de meritocracia. Cuarto, la forma en que los actuales órganos judiciales trabajan y resuelven, no obstante la falta de recursos materiales y tecnológicos, es un verdadero milagro, derivado de muchos años de experiencia de los que tienen a su cargo este trabajo y que, aunque usted no lo crea, lo hacen para cumplir con su deber.

Ante la gran y esperada Reforma Judicial, ¿Qué puede esperar el sector de los negocios en caso de que se apruebe?

Primero.- A partir de septiembre que se haga realidad la iniciativa, y hasta que se lleven a cabo las elecciones de los nuevos juzgadores, seguramente no veremos un poder judicial deseoso de resolver en forma y expedita los temas que se les presenten. Será muy humano que bajen el ritmo y el interés, tomando en cuenta que ya no se esmeran porque, por más méritos que hagan, de nada servirá su desempeño para crecer en su vida personal y profesional. Recordemos que los juzgadores son personas con importantes capacidades y compromiso, pero también con sentimientos y necesidades que seguramente se afectarán ante la incertidumbre. ¿Y Sabe qué querido lector? Sus asuntos y los míos se retrasarán indefinidamente.

Segundo.- Entrar a los juzgados y tribunales es como entrar a un hormiguero gracias a la magia de Discovery Channel. Cuando uno entra a un juzgado o tribunal federal, observa que todos van y vienen como hormiguitas, sin que los de afuera sepan que está pasando, pero algo están haciendo para sacar el trabajo. Es muy probable que con nuevas reinas hormiga que además no forman parte del hormiguero natural, todos los sistemas de funcionamiento puedan interrumpirse y ser inoperantes hasta que se haga la adaptación consecuente (¿años?).

Tercero.- Durante el periodo de incertidumbre e inoperancia, los casos que se requieran llevar a tribunales federales (tales como las controversias entre empresas y gobierno), verán ante las nuevas circunstancias, retrasos e imposibilidad para llevar sus asuntos a que se resuelvan, con lo que tendrán que solucionar el tema en forma directa, con los riesgos de estos acercamientos pueden acarrear.

Cuarto.- Muchos criterios del Poder Judicial ya están definidos en lo que denominamos “jurisprudencia” que son casos ejemplares que resultan ser guía orientadora u obligatoria de los casos. Es posible que con los nuevos juzgadores, los criterios no sean los mismos, porque es posible que tengan un criterio distinto, o bien orientado a aquellos que los propusieron. Y esto nos creará un tema de incertidumbre jurídica, que es un enemigo natural del crecimiento de los negocios.

Aclaro que no soy un fan absoluto del Poder Judicial Federal, ni su defensor acérrimo. Y de hecho siento una gran frustración con muchas cosas que pasan en el mismo. Pero lo que sí he observado es que muchos de los jueces y juezas a las que he visitado para ver mis asuntos, saben de lo que les hablo, conocen los casos planteados, y jamás me han pedido un solo peso (ni me lo han insinuado) para resolver en una forma u otra mis asuntos. Mi experiencia es que son personas profesionales, excesivamente presionadas porque el trabajo nunca se acaba, y tienen miles de casos esperando que tienen que resolver con prontitud. Es cierto que pueden o no coincidir con lo que uno les plantea, pero eso los hace precisamente terceros independientes e imparciales.

Por ello, debemos de saber que esta Reforma no solamente tiene efectos políticos y jurídicos, sino que acarreará un gravísimo efecto de parálisis e incertidumbre para los negocios en México que requieren un sistema de solución de controversias oficial fuerte y maduro. No será fácil que negocios nacionales y extranjeros confíen en un Sistema Judicial Federal que comienza en pañales. México no necesita sistemas nuevos, sino optimizados.

Hay muchas áreas de oportunidad y mejora para el Poder Judicial Federal. La Solución no es dinamitarlo y construir uno nuevo, porque tendrá muchos efectos desastrosos para la justicia que tanto se necesita para los ciudadanos y negocios que la usamos diariamente o que la tendrán que usar, ante diferentes condiciones, el día de mañana.

Finalmente, es importante hacer notar que seguramente los negocios tendrán que acudir a medios alternativos de solución de controversias privados (arbitraje, mediación y peritajes), para lograr dirimir sus controversias, ante un poder judicial que en lugar de haberse mejorado, simplemente se borró y comenzó de cero.


  • Roberto Hernández Garcia
  • Abogado experto en derecho de la construcción, especialista en dispute boards y arbitraje; director de COMAD S.C.
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.