La revolución maderista y la matanza de chinos en Torreón. 1911 (Quinta parte)

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  • Rodolfo Esparza Cárdenas

Laguna /

MEMORÁNDUM SOBRE LA LEY Y LOS HECHOS EN EL ASUNTO DE LA RECLAMACIÓN DE CHINA CONTRA MÉXICO POR LAS PÉRDIDDAS DE VIDA Y BIENES SUFRIDAS POR SÚBDITOS CHINOS EN TORREÓN LOS DÍAS 13, 14 Y 15 DE MAYO DE 1911. REDACTADO POR WILFLEY y BASSETT

Este informe fue presentado por el bufete Wilfley y Nassett a su excelencia el ministro Chang Yin, Tang en el día 13 de julio de 1911

Se le informa de los daños inferidos sobre súbditos chinos por súbditos mexicanos en la ciudad de Torreón, Estado de Coahuila, los días 14 y 15 de mayo de 1911. 

En él se dice que la investigación fue hecha por el señor Bassett, quien personalmente visitó Torreón unos cuantos días después de la matanza y sobre resultados de investigaciones practicadas por otras personas que estuvieron en Torreón cuando tuvo verificativo la matanza.

Tenía la ciudad 35 mil habitantes, y se describió como un próspero centro comercial y ferrocarrilero. Se asienta que con anterioridad al 15 de mayo de 1911 hubo en esta ciudad una colonia china que contaba entre 600 y 700 almas. Por motivo de su actividad y provecho los Chinos de Torreón habían alcanzado un alto grado de prosperidad. 

La colonia era pacífica y se atenía a Ley.

Muchos de los mexicanos en Torreón y sus alrededores, dice el informe, resentía la existencia de esta grande y próspera Colonia China y se inició una manifestación en su contra y algunos agitadores recurrieron a las antipatías de la gente ignorante del pueblo.

Relata que el 16 de septiembre del 1910, un mexicano pronunció un discurso en presencia de un gran concurso de personas, en cuyo discurso fueron criticados los chinos y después de dicho discurso se hizo una manifestación en contra de los Chinos radicados en Torreón, se apedrearon las casas y se rompieron las ventanas, pero no se cometió en esa fecha abuso contra personas.

El 5 de mayo de 1911, un tal Jesús C. Flores, jefe maderista que estuvo con las fuerzas revolucionarias en Gómez Palacio, que tenían en poder a la ciudad, pronunció un discurso el que advocaba ciertas reformas, entre ellas la necesidad de expulsar a los chinos del país; Flores dijo que los chinos no eran buenos ciudadanos; que hacían los trabajos que debías hacer los mexicanos; que al contrario de los demás extranjeros –que gastaban su dinero en el país – vivían con muy poco ahorraban su dinero y lo mandaban a China. 

Flores fue muerto el 13 de mayo en el ataque que libraron los revolucionarios sobre la ciudad de Torreón.

Con fecha 12 de mayo la Sociedad de Comerciantes y Obreros Chinos de Torreón, publicó un aviso que se fijó en las tiendas de los Chinos en todas partes de la ciudad, en el mercado y que en general fue distribuido en todas partes de la colonia china el aviso fue del tenor siguiente:

Hermanos, Atención: Atención: esto es serio. Se han cometido muchos actos de injusticia durante la revolución. Se han recibido noticias de que antes de las 10 de la mañana de hoy, los revolucionarios reunirán sus fuerzas y atacarán a la ciudad. 

Es sumamente probable que durante la batalla se levante la plebe y saqueará las tiendas. 

En consecuencia aconsejamos a todos nuestros compatriotas que cuando se reúne la plebe cierran sus puertas y se ocultan no abriendo las puertas bajo ningún pretexto, ni salir a la calle para presenciar la lucha. 

Y si son penetradas algunas de vuestras tiendas no oponéis resistencia permitiendo a los asaltantes que se apoderan de los que desean, puesto que de otro modo estarán expuestos a perder vuestras vidas. 

Esto es importante. 

Después de terminado el ataque procuraremos verificar un arreglo.

Firmado. Sociedad de Comerciantes y Obreros de Torreón.

El 13 de mayo, continúa el informe, la ciudad de Torreón estaba en posesión del General Lojero, del ejército federal que mandaba una fuerza de 625 hombres, los revolucionarios atacaron la ciudad en la mañana del día 13 de mayo, colocaron un cordón alrededor de la Ciudad y atacaron por todos lados. 

En la tarde del día 13 algunos de los maderistas llegaron a los jardines de legumbres de los Chinos hacia el oriente de la ciudad y con protección de los muros de las casas en los jardines hicieron fuego sobre las fuerzas del gobierno. 

Las huellas de las balas pueden verse en los muros de algunas de las citadas casas, prueba de que algunos maderistas ocuparon los jardines durante el desarrollo de la lucha. En uno de estos jardines estuvieron empleados treinta y ocho chinos. 

Estos chinos permanecieron en el lugar de su empleo durante el sábado y el domingo y en esos dos días fueron visitados por varias de las fuerzas obligándoles a prepararles comida. Durante estos días fueron robados sus bienes y saqueadas sus casas pero ninguno de ellos fue muerto. 

El combate continuó durante los días 13 y 14, sábado y domingo y hubiera seguido en la mañana del lunes del día 15, a no ser que el domingo en la noche supo el General Lojero que su parque estaba agotado, en cuya consecuencia resolvió evacuar a la ciudad utilizando la pequeña cantidad de parque que le quedaba para cubrir la retirada. 

El General partió de la ciudad hacia las 3.30 AM del día 15 de mayo.

En las primeras horas de la mañana del mismo día la fuerza maderista penetró la ciudad sin que le opusiera resistencia. 

Tan pronto como entraron hicieron a la Colonia China objeto de un ataque y empezaron a saquear los hogares y establecimientos de los chinos. 

Todo artículo de valor por más insignificante que fuera, de la propiedad de los chinos fue tomado de ellos quedando sus hogares y establecimientos completamente destruidos y robados.

Al paso que saqueaban mataban. Los soldados y la plebe de la localidad que se unió con los soldados y que obraba bajo sus instrucciones fueron de sitio en sitio en donde vivían los chinos matándolos a balazos o a sablazos, muchas veces en las casas donde fueron hallados y muchas veces después de arrastrarlos por las calles. 

Se practicó una requisa en toda la ciudad para encontrar a los Chinos y cuantos fueron hallados fueron muertos de la manera brutal y horrenda.

En un caso la cabeza de un chino fue separado de su cuerpo y aventado por la ventana a la calle. 

En otro caso un soldado agarró a un muchachito por los pies y le aplastó la cabeza contra un Farol, en muchos casos fueron amarradas cuerdas a los cuerpos de los Chinos y fueron arrastrados por las calles por hombres a caballo. 

Hubo otro caso en que un Chino fue desmembrado por caballos a que se habían amarrado los brazos y piernas del Chino. Cuando terminó la matanza los cadáveres de los chinos fueron mutilados y robados. 

De casi todos los cadáveres quitaron la ropa dejándolos enteramente desnudos. No hay palabras para adecuadamente describir las escenas repugnantes de este carnaval de muerte humana. 

Toda descripción es impotente para pintarlas, el alma resalta horrorizado al contemplar semejante atrocidad.

Después de haber registrado la ciudad en busca de Chinos los soldados acudieron a estos jardines de legumbres y mataron a los jardineros que en los días 13 y 14 les habían proporcionado casa y comida.

El número de chinos muertos en Torreón, en esta ocasión fue de trescientos tres.

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