La revolución maderista y la matanza de chinos en Torreón. 1911 (Sexta y última parte)

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  • Rodolfo Esparza Cárdenas

Laguna /

Durante la tarde y noche los Chinos que habían logrado fugarse y que estaban escondidos en las casas de extranjeros y mexicanos, que por motivos de benevolencia los habían ocultado fueron reunidos bajo la dirección de oficiales del ejército y enviados a los cuarteles para ser protegidos. Aún aquí en los cuarteles se les robó todo cuanto tenían de valor en sus personas y en muchos casos se les quitó toda la ropa.

Cuando supieron los extranjeros residentes en Torreón, que estaban dando muerte a los chinos algunos de ellos hicieron representaciones al oficial superior, señor Emilio Madero, quien dijo que estaba consternado con la matanza pero que creía que en aquellos momentos – aproximadamente las cuatro de la tarde del día 15 - tenía dominada a su gente.

En el curso de esta investigación hemos sabido que se dice que los Chinos hicieron fuego sobre las fuerzas revolucionarias con armas y municiones que les fueron facilitadas por el General Lojero y que la matanza fue precipitada por la resistencia que opusieron los Chinos. No se alega sin embargo, que el General Lojero haya facilitado armas y municiones a otros extranjeros de esta localidad. Hemos hecho averiguaciones sumamente cuidadosas sobre este punto habiendo dado a esta altercación el más profundo estudio. Hemos interrogado a varios residentes de Torreón de distinta nacionalidad y de primera categoría pero no hemos encontrado siquiera uno que diga que los chinos opusieron resistencia. Por el contrario todos nuestros entrevistados informan que los Chinos no hicieron fuego sobre los soldados. Es más, varias personas que estuvieron sirviendo con la Cruz Roja nos informaron que no conocieron ningún caso en que un mexicano fue herido o muerto por los Chinos. Habiendo investigado este asunto de la manera más cuidadosa posible y habiendo apreciado debidamente todas las declaraciones hechas en su apoyo no vemos obligados a considerar que, en vista de:

Primero. El carácter pacífico e inofensivo de los Chinos.

Segundo. La conocida antipatía que en aquel tiempo existía en Torreón hacia la Colonia China.

Tercero. El hecho de haber evacuado la Ciudad el General Lojero por no contar con municiones para continuar su defensa:

Cuarto. El hecho de no alegarse que el General Lojero haya facilitado armas y municiones a otros extranjeros.

Quinto. El hecho de que con dos días de anticipo a la matanza la Sociedad e Comerciantes y Obreros haya expedido un aviso a la Colonia China, previniendo a los Chinos que no opusieran resistencia aún en el caso de que sus tiendas fueron violadas, sino que por el contrario permitieran a sus asaltantes tomar los que deseaban de sus propiedades-

Sexto. El hecho de que las personas que estuvieron en Torreón en la fecha de los acontecimientos y presenciaron la matanza – no tienen conocimiento de ninguna resistencia opuesta por los Chinos: en vista de los anteriores hechos y de todas las circunstancias que rodean el caso, no podemos menos que aceptar la conclusión de que el decir que la matanza fue provocada por la resistencia opuesta por los chinos no tiene fundamento de verdad.

Como resultado de nuestras investigaciones encontramos:

Que la matanza de los trescientos tres desvalidos e inocentes Chinos en la Ciudad de Torreón en los días 14 y 15 de mayo, último, fue una matanza sin provocación, concebida con malicia y odio de razas y ejecutado con fiereza salvaje por los soldados del ejército revolucionario en compañía de la plebe local, en violación a todas las garantías aseguradas por los tratados vigentes entre China y México y en violación de todo noble sentimiento del corazón humano- De Usted Afirmativo y atento Seguro Servidor. Wilfley y Bassett.

A su excelencia Chang Yin Tang. Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario a los Estados Unidos, México, Cuba y Perú, de su Majestad del imperio Chino. México julio 13 de 1911.

Extracto del tratado chino-mexicano de 1899

Artículo 1

Habrá amistad perpetua, firme y sincera entre el Imperio Chino y los Estados Unidos Mexicanos, e igualmente entre sus respectivos súbditos y ciudadanos estarán en libertad para ir y venir entre los respectivos países de las respetables partes contratantes y para residir en dichos países. Se les proporcionará completa protección en cuanto a sus personas, familias y propiedades y disfrutarán de todas las garantías y ventajas que se concedan a los súbditos de las naciones más favorecidas.

Señor subsecretario

En complemento del superior acuerdo verbal que se sirvió usted darme, tengo la honra de manifestarle que he revisado detenidamente los expedientes relativos a súbditos chinos naturalizados mexicanos, desde el año de 1893 al corriente, de cuya revisión resulta que solo existen dos chinos naturalizados que son los señores Juan Wong y Rafael Lee.

El señor Wong Wei aunque no perfectamente identificado, pues en la lista presentada por el señor ministro de China se le nombra Wong Ah Wei, creo ser el mismo por constar tanto en la lista como en los expedientes que era originario de cantón, China y domiciliado en Av. Hidalgo, de Torreón, Coahuila. Acompaño los expedientes de dichos señores. José Dosamantes.

Con relación a una reclamación/protesta que enérgicamente hizo el doctor J.W Lim, súbdito chino contra varios hechos asentados en el proceso que con motivo de la matanza de chinos habida en Torreón, Coahuila, el día quince de mayo del corriente año, instruyó el juez Macrino j. Martínez y su secretario Julio Avino, después de que corrió el documento quizá en una consulta, se emitió el documento que se trascribe

Legación Imperial China

México

8 de agosto de 1911

Sr. M.J. Martínez

Juez Instructor Militar

Torreón, Coah.

Señor

Tengo el honor de informar a usted que se me ha referido una comunicación dirigida de “Sr. Dr. J.W. Lim Encargado de Negocios del Imperio Chino o en su defecto la persona que lo sustituya”.

Deseo informar a usted que el Dr. J.W. Lim no es y nunca ha sido Encargado de Negocios o representante oficial de cualquier índole, del Imperio Chino, ya sea en Torreón o en cualquier otro punto de la República Mexicana. Además el Dr. Lim, me ha informado que es ciudadano naturalizado Mexicano, y que no tiene informe alguno con respecto a la matanza de súbditos en la ciudad de Torreón el día 15 de mayo último, con excepción de informes recibidos de otros; y que no presenció la matanza y no tiene conocimientos personales con respecto del asunto y que así lo participó al juzgado en la fecha que fue citado para declarar ante él. Tengo el honor de suplicar que se integre y se haga parte de los procedimientos que se verifican ante usted, esta comunicación.

Soy de usted afectísimo y atento y seguro servidor.

Chang Yin Tang

Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de su Majestad del Imperio Chino a los Estados Unidos, México, Cuba y Perú.

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