El trabajo es inherente al ser humano, condición fundamental para la vida, cuyo propósito es la producción de bienes tangibles e intangibles destinados a la satisfacción de necesidades humanas, contribuyendo al desarrollo del hombre y a la transformación de la naturaleza volviéndola recurso de orden material, intelectual incluso espiritual.
Genera conciencia de existencia, al reconocer las potencialidades y limitaciones para superarlas y así lograr objetivos y propósitos personales y sociales.
El trabajo que actuaba de forma directa en las sociedades primitivas se ha vuelto objeto de intercambio en la medida que las sociedades se han complicado en su organización.
Consecuentemente el trabajo se ha dividido en la producción de objetos particulares, en ocasiones especializados, que producen riqueza.
Por esta razón el hombre al establecer estratos encontró la forma de apropiarse de la energía del trabajador para su mayor beneficio; nació así la esclavitud cuando los poderosos se adueñaron de su fuerza de trabajo.
Ciertamente en paralelo nació la lucha para que los beneficios fluyeran en mayores beneficios para los desposeídos, logrando venderlo.
La lucha se trasladó entonces a obtener mejores salarios y conseguir menos horas de trabajo; luego, que el capital cediera también parte para otras prestaciones como salud, educación, vivienda, esparcimiento, que permitieran recuperación de fuerza de trabajo; una lucha larga y muy penosa.
Investigué el tema: ¿Por qué se enferman los profesores? Inherente al trabajo es la salud física y metal del trabajador.
El trabajo del profesor el altamente desgastante, muy presionado por los resultados con pobres y escasos recursos para lograrlo; eso produce un desgaste diario y acumulable cuando no hay tiempo para la recuperación ni estímulos positivos.
La baja productividad en educación se combatió con más días del calendario escolar y por ende en la disminución de las “vacaciones”.
Error garrafal porque solo aumentaron los maestros con el síndrome de “burned”, ya muy estudiado, y razón porqué las legislaciones con sentido social han aprovechado las investigaciones que acusan que la productividad aumenta cuando el trabajador escapa de ese síndrome. Bravo el aumento de vacaciones habrá sin duda mayor productividad.