El suicidio del pensamiento crítico

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Recién vi The Social Dilemma, un documental de Netflix en el que ex directivos de empresas tecnológicas dan testimonio sobre cómo las redes sociales están haciendo de la sociedad, una cada vez más polarizada. La verdad es que deja a uno pensando. Tanto que, inspirado en dicha obra, he redactado algunos consejos que considero, podrían ayudarnos a usted y a mí a hacer un uso más consciente de las RRSS para así, evitar caer en la trampa de la polarización, ergo, el suicido del pensamiento crítico.

Pero antes, me gustaría dejar en claro a qué me refiero cuando hablo de polarización: es cuando la opinión pública se divide, como el propio término lo indica, en dos polos opuestos. En consecuencia, las opiniones situadas entre ambos polos quedan desprovistas de cualquier influencia, imposibilitando la conciliación y acrecentando las tensiones sociales.

Según el documental, el algoritmo que utilizan las RRSS para analizar nuestro comportamiento digital y así mostrarnos contenido relevante ha provocado, como efecto secundario, un incremento en la polarización. En mi opinión, si bien es cierto que el algoritmo refuerza nuestras actitudes —incluidas filas y fobias— también es cierto que los usuarios somos los responsables de alimentarlo. Y no hay mejor forma de nutrirlo que siguiendo a cuentas con ideas que contrastantes, preferentemente situadas en cualquier punto entre ambos polos del espectro ideológico. La intención no es renunciar a nuestras convicciones, sino usar el algoritmo para despertar nuestro pensamiento crítico, aletargado tras años de polarización.

Por ejemplo, en Twitter, algunas de las voces moderadas que me han ayudado a comprender el obradorismo —del cual soy crítico— son @Viri_Rios, @sabinaberman, @PMunozLedo, @HernanGomezB, @SimonLevyMx, @warketin, @jorgezepedap, @ddeliberada y @esquivelgerardo aunque difiera con muchos de sus juicios. Obviamente, también sigo muchas cuentas afincadas en el polo antiobradorista con quienes comparto no pocas premisas, pero la polifonía me ha permitido ejercitar el pensamiento crítico.

YouTube es otro boleto. Diego Ruzzarin, promotor del pensamiento crítico conocido por haber hecho picadillo al business coach Carlos Muñoz en un debate, cuenta que para vencer al algoritmo polarizador de dicha plataforma, ha dejado de ver los videos sugeridos para utilizar sólo el buscador.

En el caso de Facebook, son las fake news y la violencia política las tienen en jaque al pensamiento crítico. Las primeras se combaten verificando la fuente antes de compartir y las segundas, rehuyendo a las discusiones con personas empecinadas en no ceder un ápice con tal de nunca converger (de dialéctica ya mejor ni hablamos).

Ante las críticas, los directivos de dichas empresas han declarado que lejos de beneficiarles, la polarización les perjudica. Por ello trabajan todos los días en mejorar el algoritmo, eso sí, priorizando el screen time de sus usuarios. Así que mientras el algoritmo sea imperfecto, nos corresponde domarlo. Y es que si nos dejamos ir como gorda en tobogán, podríamos terminar siendo terraplanistas, antivacunas o hasta carne de cañón de un demagogo. Si no me creen, pregúntenle a quienes tomaron el Capitolio o acamparon fuera del INE.


  • Rodrigo Azcárraga
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