A raíz de mi última columna titulada «No se sordeen, reparen el dique», hubo quienes asumieron que opinaba desde mi militancia. Ya fuera priísta, panista, emecista o lo que sea que crean que soy. Lo cierto es que, a pesar de ser regidor en el Ayuntamiento de Tampico, no milito en ningún partido político.
Para mí es importante dejarlo en claro pues pretendo hacer de CTRL + Z un espacio apartado de la estridencia -y la grilla- al cual el lector pueda recurrir para encontrar una voz templada, que se esfuerza por escribir desde la objetividad.
Un espacio donde igual se pueda reconocer que los gobiernos federales anteriores, tanto priistas como panistas, se hicieron de oídos sordos cuando se les pidió apoyo para dar mantenimiento al dique El Camalote, como igual se pueda reconocer que ello no exime al Gobierno Federal actual de atender dicha demanda.
Un espacio donde igual se pueda reconocer que el gobernador de Tamaulipas debe rendir cuentas sobre su fortuna, como igual se pueda reconocer que el Gobierno Federal está haciendo un uso electorero de la justicia, mientras personajes como Bartlett, Romero Deschamps, Peña Nieto, El Chapito, Pío López Obrador y Elba Esther Gordillo andan tan campantes por ahí.
En otras palabras un espacio donde no caigamos en el discurso maniqueo, de buenos contra malos, que nos espetan todas las mañanas desde Palacio Nacional. Donde reconozcamos que en política, como en la vida misma, “no todo es blanco o negro es gris, todo depende del matiz, busca y aprende a distinguir”.
Frase de cierre patrocinada por Mägo de Oz.
LO QUE VIENE
CTRL + Z aspira a ser una columna de opinión donde una semana podamos hablar de psicología y la siguiente de tecnología. Donde haya géneros literarios invitados como la crónica, la reseña, la entrevista, la carta o el relato breve. Pero sobre todo una columna de opinión donde, cuando haya que entrarle a los asuntos públicos, se haga sin empacho y pisando los callos que haya que pisar.