A quién de las mujeres no le molesta ser interrumpida cuando está expresando una idea, seguro que a muchas.
Ahora imaginen que no sólo les interrumpen, sino que les ofenden. Pues eso es manterrupting, cuando un hombre interrumpe el discurso de una mujer sin respetar ni su turno de palabra, ni su mensaje y hasta puede apropiarse de la idea.
Un viejo pero claro ejemplo sucedió en 2009 cuando Taylor Swift ganó el premio al mejor video y en pleno discurso de agradecimiento fue interrumpida por Kanye West, un hombre que le robó su momento en el escenario y le dijo, entre otras cosas, que el vídeo de Beyoncé era mejor.
Sin duda, esta interrupción la hizo desde su posición de poder, pues él era una figura fuerte en la industria musical y consideró que su palabra valía más que la de una chica de 19 años.
Pero la ofensa no terminó allí, en 2016 Kanye sacó una canción donde la insultó nuevamente, en la letra la llamó puta y señaló que era famosa sólo por él. Como si todo el trabajo de esta mujer no contara.
Afortunadamente el esfuerzo de esta artista la colocó como una de las mejores y hoy es de las mujeres más influyentes.
Esto no sólo pasa en el mundo de los famosos, también sucede en la vida real, hay hombres que ni siquiera miran a los ojos a sus compañeras de trabajo, les hacen bromas de mal gusto y las interrumpen frecuentemente porque no las respetan.
Como madres, tías, hermanas y amigas tenemos la responsabilidad de decirles a los chicos que lo que hacen no es correcto. Y que aunque en las empresas aún no se rompa el techo de cristal, la opinión de las colegas, hermanas y amigas también vale.
Los empresarios deberían mitigar machismos como el manterrupting, pues éste no sólo causa conflictos laborales y puede ser el primer síntoma del acoso laboral.
Querido lector si en casa alguno de sus hijos hizo algo malo y ve que su madre está tomando cartas en el asunto, no interrumpa la reprimenda, ella también tiene la capacidad de hacerla. Y no intente regañar más fuerte que ella, porque estaríamos hablando de un manterrupting doméstico.
La educación es clave, así que este mes del niño y la niña: enséñeles a respetar y a vivir la igualdad de sexos, pues si con algo tan básico como no interrumpir, no avanzamos, menos lograremos ser una sociedad incluyente.