"Voy a luchar hasta el final", le dice Karla al periodista. Le explica que su vida corre riesgo, que al despertar siempre se pregunta si estará viva al final del día, que ha aprendido a vivir con la muerte encima de ella. El periodista suspira, intenta decirle algo, pero finalmente se levanta sin saber qué contestar.
El año pasado viajamos a Estados Unidos gracias a la invitación del congresista Christopher H. Smith. En el Congreso de Estados Unidos, Karla Jacinto contó su historia: fue enganchada a los 12 años por un hombre que la enamoró; meses después, este hombre la obligó a prostituirse; durante cuatro años fue violada más de 43 mil veces.
Karla urgió a los congresistas a aprobar las reformas a la Ley Megan, la cual desde finales de los 90 protege a los niños y niñas estadunidenses, pues obliga a los estados a registrar a los agresores sexuales y a notificar a los vecinos sobre los paraderos de éstos. La superviviente relató cómo muchos de los clientes que la compraban eran extranjeros que habían viajado expresamente para tener relaciones sexuales con menores de edad esclavizados como ella.
La iniciativa, como lo explicó Chris Smith a sus compañeros, busca ampliar el carácter de la ley a un plano internacional. Pretende erradicar la explotación sexual comercial de la niñez combatiendo la demanda creada por los turistas sexuales. Chris alertaba que al menos 4 mil 500 pasaportes se encuentran en manos de agresores sexuales registrados.
En este importante evento, también estuvieron presentes el Procurador General de Utah, Sean D. Reyes, y Timothy Ballard, director de Operation Underground Railroad (OUR). Asimismo, durante este viaje, Karla pudo conocer a una aliada, la senadora Heidi Heitkamp.
Hace unas semanas, los esfuerzos rindieron fruto. El presidente Obama firmó la Ley Internacional Megan. Así, su país se ha comprometido a informar a otros gobiernos cuando algún agresor sexual registrado viaje al extranjero. Además, los pasaportes de dichos agresores tendrán una marca que los identifique como tales. Felicitamos al gobierno estadunidense por comprometerse a colaborar internacionalmente para terminar con la trata de personas.
En estos días de descanso, es necesario hacer una reflexión.
Desde que comenzamos esta lucha hace más de diez años, sabíamos que tocaríamos intereses muy poderosos. Sabíamos que no serían pocos los enemigos que intentarían detenernos y destruirnos.
No me considero una mujer valiente. Mi vida siempre estuvo rodeada de oportunidades, vengo de un hogar donde recibí todo el amor que un ser humano puede desear y tengo un esposo maravilloso. En cambio, las supervivientes como Karla sí son muy valientes.
Ellas han sido capaces de transformar la terrible experiencia de la trata de personas en una fuerza que da sentido a sus vidas. Karla sí es valiente porque rompió el silencio y ahora su testimonio respalda la Ley Internacional Megan, que protegerá a niños y niñas de todo el mundo.
"Muchas personas nos quieren callar porque creen que todavía somos víctimas. Nosotras ya no somos víctimas, somos supervivientes", sostiene Karla. Llamarlas supervivientes es reconocer su lucha por reintegrarse, que no están destruidas, que son triunfadoras.
Las vidas de aquellas que se han convertido voluntariamente en activistas están en riesgo. En una entrevista a CNN con Rafael Romo, Karla reconoce que dar su rostro y su nombre la vuelve un blanco para los enemigos de la lucha contra la trata de personas; pero también sabe, como sabemos cada uno de los integrantes de esta causa, que nuestros enemigos nos fortalecen.
Si nuestros enemigos no existieran, nuestras vidas serían menos esforzadas. Cuidaríamos menos lo que decimos y lo que hacemos. Nuestros enemigos nos permiten refrendar y defender nuestros principios.
Esta Semana Santa sigamos el ejemplo de Jesús. Podemos aprender del amor que Cristo tuvo incluso hacia Judas, quien lo traicionó. Vemos este gesto también en algunas supervivientes que no solo han enfrentado a sus agresores, sino que incluso los han perdonados al pasar por un proceso de justicia restaurativa.
Nosotros también debemos perdonar a nuestros enemigos. Agradezcamos que nos hacen ser más tenaces.
Muchas personas creerán que los enemigos más grandes de esta causa son los tratantes, algunos políticos corruptos o los dueños de los giros negros. Sin embargo, los peores enemigos, quizá para sorpresa de muchos, son las organizaciones de la sociedad civil coludidas con estos criminales.
En días recientes viajamos a Nueva York para asistir a la 60 Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la sede de las Naciones Unidas. Allí, pudimos constatar que en todos los países enfrentamos un fenómeno en común en la lucha contra la trata de personas: hay organizaciones de la sociedad civil financiadas por los seudo empresarios de la esclavitud. Éstas viven de la simulación, buscan confundir a la sociedad y frenar a los verdaderos activistas.
La ambición que llevó a Judas a vender a su maestro por 30 monedas de plata es la que lleva a los hombres y mujeres de estas seudo organizaciones a aceptar el dinero de tratantes de alto nivel. Por 30 monedas de plata están dispuestos a vender a miles de personas.
En México, conocemos al menos tres organizaciones de falsos defensores de los derechos humanos. No obstante, estamos informados de que en la frontera norte y la frontera sur comienzan a proliferar asociaciones que ven en los migrantes un negocio. Aunado a todos los riesgos de su largo trayecto, ahora los migrantes deben cuidarse de estos depredadores disfrazados de defensores.
En estos diez años ni Comisión Unidos Vs Trata ni ONG relacionadas con nosotros han recibido recursos por parte del gobierno. Hay gente que nos ha investigado por medio del IFAI y al encontrar que nunca hemos bajado recursos de programas gubernamentales, ha acusado absurdamente al gobierno de esconder información.
Por cierto, ningún delito sería que utilizáramos dinero público con la debida rendición de cuentas. Aún así, durante el gobierno de Felipe Calderón como en el de Enrique Peña Nieto, nuestras organizaciones han trabajado gracias a las donaciones de la sociedad civil.
Nunca podremos agradecer lo suficiente a mi familia y a todas las personas que han donado recursos, talento y tiempo para esta lucha.
Ante el hecho de que el fondo especializado para las víctimas de trata se ha mantenido vacío, pese a que la ley establece lo contrario, la sociedad civil ha tenido el valor de realizar la labor que le corresponde a los gobiernos. Durante años, hemos atendido y reintegrado a las víctimas sin recibir un peso de las autoridades.
Lo hemos hecho con gusto, pero es tiempo de exigir lo que la ley demanda: que los diputados etiqueten recursos para el fondo especializado para las víctimas de trata. Sabemos que en esta legislatura hay sensibilidad y que incluso podría salir de ahí una iniciativa que siga el ejemplo de la Ley Megan para registrar a los agresores sexuales mexicanos de niños y niñas.
Estos días de descanso deben ser días de reflexión. Recordemos las últimas palabras de Cristo en la cruz: "Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen". Perdonemos a quienes nos persiguen o quieren detenernos. Perdonemos a nuestros enemigos y aquellos que por omisión son cómplices de éstos. Perdonemos, pero sigamos combatiendo. Al igual que Karla, luchemos hasta el final.
Querido lector, todos podemos denunciar trata al 01800 5533000 o en unidoshacemosladiferencia.com.
@rosiorozco