20 años de la Ley de Transparencia

Jalisco /

El próximo 21 de diciembre se cumplirán 20 años de la creación de la primer Ley de Transparencia en México; sí, la creada por la LVI Legislatura (2001-2004) de Jalisco, en el marco de una creciente exigencia social, ciudadana, por contar con garantías para el ejercicio de su derecho de acceso a la información.

Jalisco soltó la “primera carta” sobre la mesa de un impulso que se movía en otras latitudes y ámbitos; luego se vino la andanada de marcos jurídicos en el ámbito federal y locales, para pasar a la “parametrización” constitucional impulsada por María Marván, y finalmente una reforma constitucional que dio pie a una Ley General.

Mucho a cambiado y madurado desde entonces a la fecha, pues alcances y comprensión de este derecho ha sido mayor, a tal grado de crear y configurar organismos especializados, autónomos, con más atribuciones que lo engrosan. Sin embargo, se mantiene una línea que impide la construcción del uso, acceso y ejercicio de lo público de forma abierta, accesible: el derecho de acceso a la información continúa como demanda de afuera hacia dentro.

Digo demanda, con fuerte carga jurídica, porque es la vía para acceder y disponer de la información pública mediante mecanismos y exigencias preocupadas más por las formas. En el momento que los sujetos obligados comenzaron a llevar la iniciativa, la conducción de adecuaciones, mejoras y reformas a la ley, el derecho de acceso a la información se ha hecho más distante, reservado para iniciados, para unos cuantos conocedores de procesos y formas.

Es necesario parar esta ruta y replantear el derecho de acceso a la información; pareciera que los organismos garantes se han mimetizado en los sujetos obligados, e incluso quedar absorbidos, pareciera que se han enclaustrado en una burbuja de nominación ciudadana para marcar diferencias frente al resto de los sujetos obligados sólo en el discurso; pareciera que atienden más las necesidades de los sujetos obligados, so pretexto de certezas formales y jurídicas en las vías que se ofrecen para ejercer el derecho de acceso a la información: publicación de información y solicitudes de información.

Es necesario replantear el acceso a la información desde las necesidades cotidianas y cambiantes que cualquier ciudadano requiere; lo más cómodo es esperar solicitudes de información o ceñirse a lo que la ley obliga a publicar. 

Twitter: @jrubenalonsog

  • Rubén Alonso
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