Los dichos y los hechos, sin verificación y sin contrastación, sin contexto y antecedentes, carecen de valor periodístico, es decir, atentan con el valor sustancial y fundamental del periodismo: la veracidad y bien pueden encuadrarse en línea de la propaganda, es decir, información intencionada a fines de grupo o ideológico.
Los dichos y hechos, así, forman un binomio inseparable que si se desvinculan o separan propician la distorsión de la realidad.
Los hechos en sí requieren necesariamente una explicación, es decir, palabras que ofrezcan elementos de contexto, que sitúen lo visto por uno o varios sujetos, que ofrezcan elementos de aproximación y comprensión. En particular, esto es más exigible en el caso de imágenes. Una imagen no dice más que mil palabras. Requiere la palabra que identifique, sitúe, contextualice en el tiempo y el espacio Y ahora, con el desarrollo de recursos tecnológicos (edición y creación con inteligencia artificial), es más que necesario.
Los dichos, es decir, las palabras, permiten verbalizar lo que se ve, se piensa y se percibe (sentimientos y emociones); dan forma, sentido y significado a lo que se ve, se observa. Dan integralidad a todo proceso y contenido de comunicación. Su poder es tal, más que la imagen, que pueden moldearla y manipularla.
Los dichos y hechos deben guardar congruencia a partir de la verificación, contrastación, contexto y antecedentes, en especial cuando son la materia de lo que se comunica, y como requisitos para respetar y garantizar el derecho a la información de las audiencias por quien comunica (toda persona, y en especial quienes ejercen el periodismo).
Lo anterior, además, requiere una actitud y acción de honestidad de la persona comunicadora, reconociendo la condición subjetiva consustancial como observante y hablante, y tratándose de noticias periodísticas, están sujetas a un proceso cambiante, provocador y dinamizador de otros hechos y comprensiones. La noticia no es estática, de ahí que el seguimiento y cobertura informativo-noticiosa necesita ser permanente y abierta a otras “lecturas” comprensivas.
Bajo estas premisas, luego de abundantes dichos (narrativas) y hechos sobre la elección del Gobierno de Guadalajara, es imprescindible ver y escuchar la sentencia del pasado viernes de la Sala Regional de Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (un tercero sobre lo sucedido). Leer la versión estenográfica de la sesión en el siguiente link: https://bit.ly/4ezF6Bl; o bien, ver y escuchar la sesión en https://bit.ly/4gwYnp0.